A Clint Eastwood Las noticias del horizonte vienen cabalgando despacio, con el polvo de los caminos con el aire del viento amargo. Llegan como las llagas negras, con la voz proscrita del llanto, con la luz clara y transparente del prisma del desierto humano. La soledad se ve a lo lejos. La tardanza es síntoma claro. Si la muerte se nos presenta con la urgencia de sus heraldos habrá que esconderse del miedo con la rapidez del lagarto que deja los señuelos sueltos para poner su vida a salvo. Si la sombra maligna llega adelantando con sus trazos la desgracia que pinta puertas con los signos del mal presagio, buscaremos la noche insigne que nos racime en su regazo, el refugio que nos proteja de la furia de los arcanos que no quieren ser favorables al perfume de nuestros vasos. Si se desatan los martirios de los anhelos empozados la agonía hará crujir la mampostería de los pactos, si la palabra no es posible emergen serpientes y sapos, si la verdad estuvo oculta la venganza cumple sus pasos: no dejará sin su castigo a los cobardes que callaron cuando la injusticia crecía -desnuda piel a latigazos- del hombre que quiso reinar bajo el decoro de los astros. Quién sembró tempestad y muerte en la frontera de los actos servirá carne de cadáver en bandeja para los grajos.
Romances viejos para tiempos nuevos
Romancillo “No se sabe de dónde”
O se sabe de dónde llega, pero ya llega con su flor de silencio navegando en las venas. Arriba como un rapto de ciega primavera, surcando laberintos, dando vida a la greda. Es la luz del instante, la flecha más certera, el eco de los rastros hallando una respuesta. Cuando aparece todo resorte calla y queda un resplandor que ciñe la carne a su presencia. Y en ella se reposa y en ella se serena y cumple con la noche el soplo de su siembra. ¡Pero ay! cómo se va; las horas se lo llevan dejando por mi estancia un cauce de horas secas. No se sabe por dónde el tiempo se lo lleva prendido en el azar que vive en las hogueras.
Romancillo pareado
l ego es el muerto que yo llevo dentro el yo solo quiere jugar con la nieve que vengan y vayan las luces del alba que no me moleste la insidia del viernes que el viento sereno me quite el infierno que el sol del verano me entregue el salario que el ciento por uno no sea un difunto y el cielo y la rosa dispongan mi copa con mucho cuidado que estoy delicado que el amor escribe sus letras de aljibe al fondo del agua donde el alma calla y el pájaro huye donde nunca estuve, así lo padece como si una fiebre quitara el sentido de lo más vivido y todo parece turbio transparente que el amor se viene cuando se merece y se va en silencio por vivir sin precio.
Romancillo del amor esperanzado
l pálpito confuso de las aguas ufanas, mi corazón te busca mi sangre no se calla siempre quiere valiente luchar por la esperanza de ser contigo una razón de amor que mana un dolor que se pierde por caminos sin alma, una señal incierta que alumbra la mañana, un asombro que escribe los grafitis del alba, ayer, hoy y por siempre la desnudez en llamas. Nada que lo perturbe todo viene en su calma, todo el grito sellado, todo el rencor que pasa, el ave en su ramaje el silencio que sana, la luna sigilosa por la senda encalada, mi mano que se acerca a tu boca que calla, a todo lo que dice sin decir nada. .
Romance monorrimo del amor perdido
ué será de mi si me voy marchando solo por el mundo de los cansados como estropajo viejo y desgastado que busca los rincones de los partos. Qué voy hacer si no estas a mi lado velando la lluvia de los incautos, discreto entre las sombras de tus manos, heliotropo triste de los nublados. Estaré en los trenes del exiliado perdido por las calles del pasado deambulando lento como un soldado perdido en las guerras de los fugados. Viendo ciudades sin ningún contacto, remoto y ciego por los despoblados que esperan al pobre desesperado, espigas de olvido, pan desmembrado. La muerte aguarda sin ningún reparo tras la fría valla del descampado. Las señales describen el mal fario del árbol umbroso de los ahorcados. Caín sin reposo, desangelado, lejos de las promesas de los santos, allí donde la bruma borra al asno la trocha directa al acantilado. Es mentira que seamos hermanos. El desastre es el sol de los cruzados. La buena voluntad muere en el acto de no ser la verdad de nuestra imago. Soy el rey sin dueño de los lagartos. La diana de los angélicos dardos que buscan el sueño de los arcanos por el desierto de mi amor perdido. .
Romancillo del desgraciado
iempre a punto de ser un desgraciado. Dando tumbos y tumbos por cuesta abajo. Atado mentalmente de pies y manos, en el límite del mal sin declararlo, y con la soga al cuello del condenado. No me busqué la vida del desclasado, fue la santa sociedad quien me la trajo, ladré donde nací, perro marcado, me tendieron cadenas nunca la mano, cometí mis errores salí dañado. Nadie diga mi estigma que voy de paso, si las muertes ajenas son del pasado, yo nunca estuve allí no tengo un amo, me adjudican sus penas por un si acaso, que el miedo campa libre por todos lados. No pretendo el perdón no soy un santo. Si quieres ser el bueno pregunta al malo. La suerte es más esquiva que el leopardo que se acerca en sigilo para tu espanto. No hay prevención posible para el mal fario. Vivir donde nací tiene su estatus. Mi padre me tenía acogotado, mi madre me quería como a su gato, niños como gorruños todos hermanos, comiendo en la sopera como los sapos. Todas las casas guardan un condenado. Rodeado del vicio lo tienes claro: gallito de pelea o acorralado. La necesidad cruda viene apretando, todo tiene su truco y no hay más trato.
Romance de la fauna casera
ienes un perro malvado que te ladra por el alma y un grajo que de continuo chirría tu queja amarga; tienes un loro funesto con una sola palabra más propia de los prostíbulos que del orden de una casa. En las horas que meditas con tu sombra descansada escuchas a una cotorra que está siempre de parranda, más tonta que una botella, más cretina y más borracha. Tienes también un cilindro que martiriza a una rata dando vueltas a una noria con un sinfín que no para, y una avidez por los brillos que se roban las urracas por parecer que acumulan la prestancia de las damas. Y, ¡por dios! no diré nada de la fama de tu gata que se mete por el medio del amante que en tu cama pretende, sin conseguirlo, entrar en tierra sagrada que él defiende, sarraceno, con el sable de sus garras. Y qué decir de esa estirpe de serpiente que resbala por pasillos desolados hasta el fondo de la estancia donde sola se complace febrilmente y enroscada, una totémica bicha displicente y soberana. Tanta zoología libre va campando por tu casa que ya se oyen los tambores de la selva que te llama.
Romance de las rarezas
stá la atmósfera callada con una predicción funesta, el aire contiene amenazas las aves se muestran inquietas, la sombra se agita en el bosque las almas están indefensas, la expectación abre su piel lo quieto de pronto protesta, las rutinas se paralizan pero los miedos se aceleran, las sorpresas abren la boca las panteras se des-carcelan, las alimañas se precipitan en los actos de sus destrezas pues está llegando el momento del dominio de las rarezas: los hombres caídos y rotos detrás de sus ansias enfermas, las madres olvidan sus hijos en los bares de la protesta, los más ancianos deambulan con voluntad de marionetas, del río desertan los peces de la selva, todas las fieras, el mar enfurece sus aguas, los mástiles se desesperan, los ciegos no ven el silencio, los desiertos piden clemencia, el mundo se vuelve confuso los árboles se nos destierran, nuestros perros desaparecen los gatos se comen las hierbas, nadie camina por la calle los rayos del sol ya no llegan, todo es obsceno, todo gime, las ratas afilan sus lenguas, las gentes proclaman y gritan consignas dementes de mierda, verdades podridas por dentro del alma que está sin respuestas.
Romance de la traición
a traición es un gusano que vive en la gusanera se mueve por intereses nacidos de su simpleza un hambre indomesticada el saldo de una indecencia treinta monedas de plata para una vida de mierda. Si se traicionan los sueños corrompes la primavera, debajo de tus alfombras vas escondiendo miserias olvidos que te delatan despojos de sementeras inclinaciones del miedo de ver tu rostro de cera reflejado en los espejos que siempre miran de cerca tu cara de felonía tu jeta de filoxera. La traición es como un sello, te va manchando, te impregna, ella te acota sus marcas tú vas dejando tus huellas, ella te talla los trajes tus dientes cinchan las muescas que vas dejando los rastros como una alimaña tensa, para que quede bien claro en los claros de la selva, que si descansas huyendo descansas como las fieras. Un parto del invisible corazón de sinvergüenza que va latiendo entre sombras los pálpitos sin defensa de su afán protagonista de su sangre traicionera, de su imagen reflejada como un Narciso cualquiera que aspira a ser el primero de la prole principesca aunque haya de caer toda la fama de los profetas, los mundos y los imperios, los dominios, las riquezas, ganados a sangre y fuego con el sudor de la guerra. Él ha de quedar primero aunque todo desaparezca. Mal haya el malhadado con su sangre traicionera. Quede prendido por siempre en la faz de su quimera.
Romance de K. que no cree en el amor
L desierto tiene vergeles entre kilómetros de arena ¿no te importa que nunca llegue el agua que lava la ausencia? ¿Prefieres la pura intemperie de la soledad y la nada, estrellas desnudas, relente, silencios que pulsas sin ganas? Perdido por los pareceres de tus opiniones devastadas tal vez el amor sea una suerte de imprecisión y encrucijada. Un lugar donde la voz huye llevada por vientos remotos, donde las ganas te consumen la sed de un cálamo sin fondo. Ya no lo escuchas, no lo quieres, lo que ofrece no te compensa, los oprobios de los ponientes, las fatigas de las cadencias. Sus postulados sobre el orden sus religiones hociqueras, sus penurias, sus devociones, sus simulacros de decencia, han consumido tu deseo, han desgastado tu clemencia, han contribuido a la escasez del alma que gime y se enferma. P.D. a Antonio Escohotado, cascarrabias inveterado.