ORACION XIII
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante Uds. hermanos,
que, si he matado moscas y mosquitos,
cucarachas y hormigas,
insectos de varia condición y estado,
siempre fue en defensa propia,
llevado por la acrimonia de la picadura
o la repulsión defensiva.
De las muertes
propias del gremio de los cazadores
o de los pescadores,
solo puedo decir que fueron
de una actividad corta en el tiempo
y menguada en los resultados.
Pero es verdad, estuve allí y cacé tordos y becadas
y pesqué sargos, calamares y lubinas.
De las otras muertes,
salvo de la mía,
solo puedo decir
que soy inocente.
Pero podéis decapitarme
porque en verdad creo
que la inocencia del hombre no existe.