Poema de amor nº 3 – día 118

Si me preguntas amor, si te quiero,
te diré que hay océanos de luz
      más esplendorosos que tus ojos,
pero yo prefiero tus ojos;
 
que hay mujeres más bellas que tú,
      más inteligentes, más espléndidas,
pero eres tu quien cautiva mis sentidos
      y eres tú la que requiero en cada instante;
 
que hay ciudades, salones de turbidez y humo,
      enjambres de matemáticas más precisas,
desiertos y palmeras con acequias
      que circundan el paraíso,
que están vacías si tú no estás ahí,
      y yo contigo.
 
 
 
 

Poema de amor nº 2 – día 117

Entre tu piel y el aire, la exacta temperatura
donde la vida se significa y adquiere un poder
que resuelve la ecuación
                                   de la nada y el infinito.
Una verdad de instantes con sabor a eternidad.
Un espejismo de luces que prometían un sentido.
Un rumor de olas cantando en el susurro
                                  de la más cercana lejanía.
Tus ojos reflejando la profundidad del universo.
Una constelación que nos contenía
                                 en el misterio de estar vivos.
 
Entre tu piel y mi piel la certidumbre del fuego,
su hacer y deshacer en el fulgor efímero de la noche
sintiendo con el tacto la promesa
                     de la verdad que sueña la esperanza:
ser siempre y sin demora
                     estrellas de la misma inmensidad.
 
 

Poema de amor nº 1 – día 116

Practico la disciplina de los diez mil pasos.
Podría ir a contemplar la laguna
      de las diez mil garzas, que cada día
pescan diez mil peces para su colación.
 
Con diez mil pasos podría alejarme diez mil perros
      de la sumisión al ganadero del porvenir;
subirme a diez mil nubes para evanescerme
      de la persecución de los moralistas
que pretenden dominar el mundo con sus diez mil
      trillones de hongos fungibles.
 
No diez mil, sino diez mil millones daría para andar
      por todos los bosques del mundo
o para venir a verte tricotar calcetines
      para todos los pájaros que se acercan a tu ventana.
 
Diez mil pasos como los trescientos hoplitas
      para cerrar todos los estrechos que pretenden
invadir el orden mental de pensar en ti y poco más.
 
 

Romance de los malos tiempos

e llevan a estos terrenos
      Las cosas del no saber,
Si fuera feliz en serio
      No entraría a este retén,
No le daría mi tiempo
      Ni prestaría interés,
No viviría en sus cielos
      Ni con uno ni con cien,
Se oxidarían los hierros
      Antes de irlos a ver,
Prefiero vivir con muertos
      O pegarme un tiro en la sien,
No necesito sus consejos
      Me convertiría en rehén,
Respirando como un ciego
      En su cárcel de papel.
 
Nadie me diga sereno,
      Nadie que me quiera bien,
Vivo encendido en el fuego
      Viendo lo que hay que ver,
Otros impulsos prefiero
      Que me lleven a emprender
Caminos de mis intentos
      Que buscan su amanecer
Lejos del hábito, lejos
      Donde nadie pueda ser
Una costumbre de viejos
      Mantenida en su desdén
Con su punto de desprecio
      Y sus marcas de avidez.
 
Viendo lo que hay que ver
      Me entregaría en cuerpo
Y alma a desaparecer
      A no sentir lo que pienso
A no pensar lo que es
      Que todo lo que fue cierto
-verde antes, negro después-
      Se convierte en un descenso
Y es la vida del revés:
      La maldad por los sus fueros
La bondad muerta a sus pies.
 
 
 
 
 
 
 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies