Poema de amor nº 1 – día 116

Practico la disciplina de los diez mil pasos.
Podría ir a contemplar la laguna
      de las diez mil garzas, que cada día
pescan diez mil peces para su colación.
 
Con diez mil pasos podría alejarme diez mil perros
      de la sumisión al ganadero del porvenir;
subirme a diez mil nubes para evanescerme
      de la persecución de los moralistas
que pretenden dominar el mundo con sus diez mil
      trillones de hongos fungibles.
 
No diez mil, sino diez mil millones daría para andar
      por todos los bosques del mundo
o para venir a verte tricotar calcetines
      para todos los pájaros que se acercan a tu ventana.
 
Diez mil pasos como los trescientos hoplitas
      para cerrar todos los estrechos que pretenden
invadir el orden mental de pensar en ti y poco más.
 
 

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