stos cretinos con los que he compartido tanto destino. Ignoran todo cuanto no sea mamar de cualquier modo. Son los esclavos, educados serviles de otros esclavos. Siguen cadenas miserias circulando por las sus venas. Los maldicientes se delatan por ser tan reverentes. Los mamarrachos indignos mamelucos de los despachos. Limpia pelotas, mamporreros del basto como las sotas. En la encamada sucios lobos vulgares, siempre en manada. La voz de su amo, gregarios mantecosos, bichos del ramo. No es necesario insistir en el tema del relicario. No se merecen que sus dioses los nombren para que recen.
Mes: marzo 2020
Romancillo del perro liberado
n pie tras otro pie
Y un perro nazareno
Por caminos cerrados
Por caminos abiertos
Delante de los hombres
Jadeando va y contento.
Entra raudo en el río,
Desenvuelto y azuzado,
Sus propias decisiones
No requieren del amo
Órdenes ni collares
Cordeles ni mandatos,
Entra fresco en el río
Libre en su desacato.
Ama su sumisión
De perro consumado
Más llegado al arroyo
Se lanza sin recato
A las aguas revueltas
Como un jinete bravo
Entraría en batalla
Sin cuidarse del daño.
La fruición lo arrebata
Indócil más que sabio.
El gusto de vivir
El reto del asalto,
Lo lleva por la sangre
De rebelde callado
Sin pensar que después
Puede venirle un daño.
Su firme decisión
Se olvida del pecado.
Placer de insumisión
Placer de iluminado
Esos grandes placeres
Propios de los esclavos.
¡Qué importa! Si el instante
Se agranda eterno y ancho,
Y el tiempo ya no cuenta
Que cuenta ser sin amo
Un perro nazareno
Saliendo del sembrado
Por trochas renovadas
Senderos no trillados
Que todo es nuevo y sabe
A perfecto y soleado
Día de libertad
Día de nuevo estado
Día para vivir
Proscrito de los palos.