l pálpito confuso de las aguas ufanas, mi corazón te busca mi sangre no se calla siempre quiere valiente luchar por la esperanza de ser contigo una razón de amor que mana un dolor que se pierde por caminos sin alma, una señal incierta que alumbra la mañana, un asombro que escribe los grafitis del alba, ayer, hoy y por siempre la desnudez en llamas. Nada que lo perturbe todo viene en su calma, todo el grito sellado, todo el rencor que pasa, el ave en su ramaje el silencio que sana, la luna sigilosa por la senda encalada, mi mano que se acerca a tu boca que calla, a todo lo que dice sin decir nada. .
Administración
Romance monorrimo del amor perdido
ué será de mi si me voy marchando solo por el mundo de los cansados como estropajo viejo y desgastado que busca los rincones de los partos. Qué voy hacer si no estas a mi lado velando la lluvia de los incautos, discreto entre las sombras de tus manos, heliotropo triste de los nublados. Estaré en los trenes del exiliado perdido por las calles del pasado deambulando lento como un soldado perdido en las guerras de los fugados. Viendo ciudades sin ningún contacto, remoto y ciego por los despoblados que esperan al pobre desesperado, espigas de olvido, pan desmembrado. La muerte aguarda sin ningún reparo tras la fría valla del descampado. Las señales describen el mal fario del árbol umbroso de los ahorcados. Caín sin reposo, desangelado, lejos de las promesas de los santos, allí donde la bruma borra al asno la trocha directa al acantilado. Es mentira que seamos hermanos. El desastre es el sol de los cruzados. La buena voluntad muere en el acto de no ser la verdad de nuestra imago. Soy el rey sin dueño de los lagartos. La diana de los angélicos dardos que buscan el sueño de los arcanos por el desierto de mi amor perdido. .
Romancillo del desgraciado
iempre a punto de ser un desgraciado. Dando tumbos y tumbos por cuesta abajo. Atado mentalmente de pies y manos, en el límite del mal sin declararlo, y con la soga al cuello del condenado. No me busqué la vida del desclasado, fue la santa sociedad quien me la trajo, ladré donde nací, perro marcado, me tendieron cadenas nunca la mano, cometí mis errores salí dañado. Nadie diga mi estigma que voy de paso, si las muertes ajenas son del pasado, yo nunca estuve allí no tengo un amo, me adjudican sus penas por un si acaso, que el miedo campa libre por todos lados. No pretendo el perdón no soy un santo. Si quieres ser el bueno pregunta al malo. La suerte es más esquiva que el leopardo que se acerca en sigilo para tu espanto. No hay prevención posible para el mal fario. Vivir donde nací tiene su estatus. Mi padre me tenía acogotado, mi madre me quería como a su gato, niños como gorruños todos hermanos, comiendo en la sopera como los sapos. Todas las casas guardan un condenado. Rodeado del vicio lo tienes claro: gallito de pelea o acorralado. La necesidad cruda viene apretando, todo tiene su truco y no hay más trato.