Los rostros del mundo (227) Sí es sí

SÍ ES SÍ

Sí es sí.
No es no.
Queda claro. 

Pero, a veces,
el no, es sí,
y el sí, es no.

O, acaso,
¿todo el mundo
vive en la pureza 
y nadie entra y sale
de las contradicciones,
las ambigüedades,
las incertidumbres,
los laberintos,
los despropósitos,
las órbitas demenciales,
las indecisiones,
las miradas perdidas,
los actos cretinos,
los deslices suculentos,
las confusiones estrictas,
las manos decantadas,
las verdades cerriles,
las hoces envolventes,
las restricciones morales,
el simplismo colérico,
las ausencias de rigor,
los vericuetos del alma,
las manzanas podridas,
el pan seco,
el hombre hambriento?

Qué difícil es decir un sí,
que sea un sí,
y decir un no, que sea un no.
Qué difícil es tener claras
las decisiones.

Los rostros del mundo (226) Qué pretendes

¿QUÈ PRETENDES?

¿Qué pretendes,
con tu escote de cerámica dúctil,
con tus lágrimas domesticadas 
      por el teatro de las hogueras,
con tu risa contraria al dolor de las lombrices,
con tus pechos piratas, forajidos que buscan
      colonizar la luna,
con tus rodillas rompiendo en el mar incesante,

¿qué pretendes,
Moviendo los hilos de la ceremonia y el légamo,
insinuándote en la madraza de la colmena callada,
perdiendo tu sombra en la cintura de las llagas,
quemando tus cimientos en el orden indeciso de la fiebre,
insistiendo en el diapasón de la médula mediática,

¿qué pretendes, muñeca musical
de las efemérides furtivas?
¿qué pretendes del amor traicionado
por el afán de tu espada destructiva? 

¿acaso no tienes suficiente con este cadáver
que flota entre el vaivén de las olas del tiempo?

Los rostros del mundo (224) La felicidad fue en abrils

LA FELICIDAD FUE EN ABRIL

Era marzo
Cuando saltó la liebre
Entre la maleza
Todo se pierde.

Era julio
Cuando entré en tu sueño
Septiembre cuando salí
Pensando que era febrero.

Era agosto
Cuando caí rendido
Por tu perfume 
De retama y mirto.

En junio lo planté
Y en octubre lo recogí
Por tu sufrimiento
Me condolí.

Confundo enero y abril
Besos en la derrota
Corazón febril
Amarrado a la congoja

Noviembre y diciembre
Frío y sufrimiento
Y viento 
      rondando por la calle
     desde la cima al valle.
Solo por ti, 
      ese diciembre
Fue en abril.

Los rostros del mundo (223) El amor no traiciona

EL AMOR NO TRAICIONA

El amor no traiciona
Da salud al cuerpo
   juventud al alma
   aroma a la vida

Eleva las pulsaciones
No moja cuando llueve
Te lleva en volandas
Aligera tus pesares

Es generoso con el pan
   y la sal y el esfuerzo
Da de comer al pobre
No es codicioso ni vil
No quiere sacar provecho

No habla mal de nadie
Ni desea el daño
   del otro diferente
Anda corre o vuela
   para repartir el don
   de sus favores o fábulas

El amor adelgaza
Te infunde su belleza
Abre las puertas de una realidad
   que eran anhelo
   o sueño inesperado

Tiene principios
Finales dolorosos
Besos infinitos
Intermedios fascinantes

El amor es un ideal
   que toma cuerpo en la tierra
Lástima que sea voluble
   incierto, cambiante, pasto
   de los muchos intereses.

Los rostros del mundo (222) A paso ligero

A PASO LIGERO

No soporto la vanidad en los autores. 
Prefiero el orgullo o la soberbia.
La primera lleva encima 
una ignorancia indecente: 
anteponer el autor a la obra. 
La segunda pone la obra antes que el autor. 

Por sus obras los conoceréis, dice Jesús.
La vanidad no dice, por sus obras,
la vanidad dice: 
por considerarme un artista maravilloso,
un autor genial, una persona sobresaliente,
conoceréis mis fotografías maravillosas, 
geniales, sobresalientes. 
Yo soy el artista, dice el vanidoso,
la obra es mi excrecencia. Sin mí,
la obra no existe.

Los rostros del mundo (221) Amistad

AMISTAD

Un amigo te envía
      una información,
nunca una publicidad.

El trabajo colaborativo de las hormigas.

Un amigo, ni te vende
      ni te quiere vender.
Siempre te hace un precio especial,
y si puede, te lo regala.

Las hormigas se sacrifican 
            por el bien de la comunidad

Si te cobra comisión, no es un amigo,
es un aprovechado, un estraperlista.

Las hormigas obedecen a una ley inexorable.

La amistad y el dinero se llevan mal.
Lo mejor son las cuentas claras
y la honestidad por bandera.

Las hormigas luchan juntas.

Si no cumple su palabra, no es un amigo.

Deja que las hormigas hagan su trabajo.

Los rostros del mundo (220) ¿Te acuerdas?

¿TE ACUERDAS?

¿Te acuerdas de sus ojos?
-Sí, me acuerdo de sus ojos.
¿Te acuerdas de sus pechos?
-Sí, me acuerdo de sus pechos.
¿Te acuerdas de su cintura?
-Sí, me acuerdo de su cintura.
¿Te acuerdas de su vientre?
-Sí, me acuerdo de su vientre.
¿Te acuerdas de sus piernas?
-Sí me acuerdo de sus piernas.
¿Te acuerdas de sus manos?
-Si, me acuerdo de sus manos
y de sus axilas y de su culo
y de su belleza palpitando 
en mi cuerpo, ese que ahora
solo sabe recordar.

Los rostros del mundo (219) Teatro de la crueldad

TEATRO DE LA CRUELDAD

El mendigo, sentado 
en la calle comercial,
tenía la pierna vendada
tendida a la conmiseración
del viandante.

Con voz lastimera, reclamaba
“una ayudita, por favor,”

El joven de la chupa de cuero
se sintió interpelado
y le pegó una patada sañuda
a la pierna herida 
al tiempo que le decía
“toma ayudita, para
que te saquen de la calle
y te lleven al hospital”

El mendigo empezó a gritar de dolor
y el joven se desgañitaba pidiendo
que llegara un médico, urgente,
preocupándose, llamen a una ambulancia,
urgente, este pobre hombre sangra.

Los rostros del mundo (218) La convicción

LA CONVICCIÓN

La convicción, cerrada
como un pantalán de mástiles inhiestos,
mira por encima del hombro de la cerveza,
tiene una solución para todos los chicles masticados,
no corre, se cierne como una fortaleza
      sobre las cabezas de los pájaros, 
y marca los pasos certificados 
      por el himen de la ideología.

Es firme e insistente como monos aulladores
      decididos a ahuyentar a la pantera del pantano.
Entre el criterio y la revolución, se reafirma a sí mismo
      aleccionando a los otros.
Hace una hoguera con sus propios materiales de derribo,
y la enciende, en medio de la oscuridad, como un faro.

La convicción tiene un paso militar. 
No lleva zapatos, lleva botas.
Quiere ir lejos, pero no se aleja de sus cuarteles.

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