Los rostros del mundo (222) A paso ligero

A PASO LIGERO

No soporto la vanidad en los autores. 
Prefiero el orgullo o la soberbia.
La primera lleva encima 
una ignorancia indecente: 
anteponer el autor a la obra. 
La segunda pone la obra antes que el autor. 

Por sus obras los conoceréis, dice Jesús.
La vanidad no dice, por sus obras,
la vanidad dice: 
por considerarme un artista maravilloso,
un autor genial, una persona sobresaliente,
conoceréis mis fotografías maravillosas, 
geniales, sobresalientes. 
Yo soy el artista, dice el vanidoso,
la obra es mi excrecencia. Sin mí,
la obra no existe.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies