El riesgo de la recaída está a la vuelta de la esquina. Sabemos que no debemos ir pero vamos y cometemos el mismo error mil veces. El error es un círculo que nos atrapa en su retorno. Su magnetismo es nuestro fatal deseo, nuestra perdición. Volví a estar con la Lucy el mismo día del entierro de El Lobo. La tristeza une tanto o más que la alegría.
Mes: diciembre 2020
El Nota 5 A – día 140
ELEGÍA PARA EL LOBO Quiero decir una oración para Samuel al que el mundo innecesario le apodó El Lobo. Una oración sin estridencias ni falsas palabras de halago. ¿Cómo poder saber cómo vamos a ser? ¿Cómo vamos a comportarnos entre la gente? ¿Cómo encontrar a la gente con la que vamos a compartir nuestros silencios, nuestras miradas, con quién vamos a cantar, a discutir, a entrar en el mar en las noches cálidas de cervezas frías? Samuel estaba fuera de lugar como cualquiera de nosotros. Este mundo no es nuestro mundo, por eso hemos huido, por eso hemos construido esta apartada cabaña de soñadores, donde podemos estar descalzos y usar negligencia y pereza y amor por las cosas sencillas. Samuel era más lobo que pastor, huérfano de afectos, aullaba en las noches solitarias, se dolía por las traiciones del amor como el niño mal humorado cuando le quitan el juguete, bebía en exceso con la idea de olvidar y no olvidaba nada, cuando despertaba, todo el dolor seguía allí. Entre la sensatez y la locura triscaba los días El Lobo sin que nunca acabaras de saber, cuando aparecía por esa puerta, si era la hora generosa o la hora iracunda. Si siempre hubiera vivido en la hora generosa, hubiera sido el hombre más excepcional de la tierra, algo insoportable para este planeta encorvado de miserias. La hora desencajada lo compensaba de su excepcionalidad. Nosotros hemos bebido de las dos botellas. Ahora que ha ingresado en nuestra memoria, sólo recordaremos aquellos momentos en que fue nuestro mejor colega. Conmemoremos a nuestro amigo Samuel. Su inquietud no le permitió disfrutar de la paz del campo. Prefería el alcohol al canuto. Intuía que la salvación estaba más en el campo que en la ciudad. Pero volvió a la ciudad y allí encontró la muerte. En una reyerta que tal vez el mismo provocó. Cambió la contemplación de las estrellas por la ruta suicida de la noche. Los malos son siempre un poco menos malos de lo que quieren aparentar. Conmemoremos a nuestro amigo Samuel. Que los dioses de la música lo tengan en su gloria. Que Jonny Cash lo reciba en el cielo. Que J.J. Cale lo mantenga en la calma de las complacientes estrellas azules. Que Lou Reed lo santifique con su sangre. Nosotros tendremos noches de luna en que recordaremos sus aullidos. Esos aullidos que nos recordarán que hay mucha mala suerte repartida por el mundo.
El Nota 5 – día 139
Esto que tú nos recuerdas ya lo sabemos. El problema está en cómo llevamos a la vida aquello que ya sabemos; en cómo nuestro cuerpo asume lo que nuestra mente sabe. El saber mental no es suficiente. Con la mente he cruzado la meta del Tourmalet con el maillot amarillo, y he flotado por encima de los tejados de Narbonne y Carcassonne como un diablo cojuelo en busca de un reloj de oro que solo marque las horas del placer. En realidad, no hace falta que lo diga, no me moví del sofá de mi casa, un lugar estupendo para hacer el mejor deporte del mundo: soñar que eres un héroe con muchas mujeres que te adoran.
El Nota 4 – día 138
De qué iba, ¡ah sí! de que la mente nos engaña. La mente y cualquiera que sepa manejar la mentira. No hay nadie en el mundo que pueda afirmar que nunca ha sido engañado. Ni nadie tampoco que pueda decir que no ha perpetrado alguna mentira. Mentir y engañar, ¿es lo mismo? No. La mentira viene primero. Primero se miente, a veces, con intención de engaño y a veces no. La primera es un congrio imbatible, forma parte de la vida. Como decía el gordo Tomás: yo soy alto, guapo y rubio y el que diga lo contrario, miente. El gordo irónico y santurrón de Tomás, murió atropellado por un camión. Esto último es una mentira, era solo un efecto sorpresivo para acabar este poema sobre el engaño.
El Nota 3 – día 137
Prefiero una merluza a un merluzo. La primera se puede cocinar bien de muchas maneras. El segundo no se puede tragar de ninguna de las maneras.
El Nota 2 – día 136
Sueño con huir lejos, a una playa de blancas arenas, al lado de Lucy, de pechos dorados, de pechos tersos como solo la juventud sabe tenerlos. Sueño que sueño tumbado en la hamaca, tomando combinados de sabores limítrofes del ácido y la sal, entrando en el mar con mi tabla pulida, acompañando delfines que me abren caminos de agua y amistad salvaje. Sueño con ese paraíso de amor en la tierra pero llaman a la puerta y se presenta El Lobo con su largo lamento desesperado: ya le importa todo un carajo y está dispuesto para la muerte o la fiesta y acabar de reventarse la vida o acabar con la del cabrón que le ha quitado a su chica, Lucy de pechos dorados, de pechos tersos como solo la juventud sabe tenerlos. Me alivia la aprensión de que sus celos me enfoquen, saber que esa hermosura se está desparramando por el mundo y de que yo no he sido más que una estación de paso en esta vida de ferrocarril de vía muerta en la que sigo varado, perfecta para seguir soñando, salvo por Los Lobos que nunca superan el dolor del abandono.
El Nota 1 A – día 135
La siesta es un nirvana portátil. Entras en ella prendido de un globo y sales iluminado por la desnudez de Lucy, de pechos dorados, de pechos tersos como sólo la juventud sabe tenerlos. No te atreves a abrir los ojos, pero la taimada te dice: “No te hagas el dormido, viejo. He venido a cambiarme de ropa. Me voy.” Seco como un palo seco, cuando aún no he aterrizado. “No hace falta que te levantes.” -remata despejada de toda moral rudimentaria- “Algún día volveré, pero ahora me voy, que viene El Lobo”.
Romance del diputado tuitero 2
l diputado tuitero sigue con sus amenazas, las cabras tiran al monte como el picor a la sarna. Cada vez que abre la boca no se salva ni la salvia, se infusiona y nos infecta con palabras trompicadas. No hay dos frases que no diga una sarta de tontadas, retahílas de refritos y monsergas desgastadas, consignas de capirote, insistentes payasadas, machacones ditirambos de su salsa mentecata: que si la tirana tierra, que si la madrastra España, que si nos impiden ser libres gentes soberanas. Mientras tanto con denuedo, el se zampa una lasaña pensando el muy guerrero: esto sí que es buena hazaña, comer de los que, contrarios, le privan de la su patria, lo arrinconan en hoteles y le entregan buena paga. Le regalan buena vida, una vida regalada, haciendo sólo el rufián con eso solo le basta. “Critiquemos hasta un punto o el chanchullo se me acaba” -piensa como un empleado catalán de nueva planta- “Cuidar de tu enemigo esto sí que es una ganga, yo hago como si provoco y les enciendo a los fachas, después, los agradecidos, me compensan con la carta de un excelso restaurante y me pongo hasta las trancas, que comer hay que comer y beber no es cosa vana que esta vida de tuitero tiene salidas muy malas”.
El Nota 1 – día 134
No estoy para nadie hasta las 12 horas del mediodía. No quiero que nadie interrumpa mis ensoñaciones. Nadie que me quite un segundo de los pocos que tengo para que me vengan las visiones que necesito. Preciso de una pequeña eternidad para procesar mi melancolía. No tengo el alma para nadie que no sea de mi propio olvido. Queden fuera los que me traen recados, facturas, buenas noticias, heraldos negros, fabulaciones, corales, cretinos, cristales de Siam, conquistadores de la metrópolis, inspectores de la luz, hermanos de sangre, noticieros de sándalos, mujeres sin bragas, ni eso. Solo silencio de sendas que se adentran en el soliloquio.