Poema de amor nº 18 – día 133

La muerte en los talones y el desayuno, es el amor.
La milicia ardiente y el vaso roto, es el amor.
Entrar en los problemas y tomar el té, es el amor.
Ver correr a un corzo y llamar para decírselo, es el amor.
Media botella vacía y un corazón flotando, es el amor.
 
Sentir el tiempo que fluye sin hablar, es el amor.
Ser salino como un cristal líquido en la boca, es el amor.
Devolver las manzanas al peral, es el amor.
Coincidir en Paz y Ribeiro, es el amor.
La cosecha sitiada y el rapto caníbal, es el amor.
 
El sushi y las aceitunas aliñadas, es el amor.
La gramática perdida de las gramíneas, es el amor.
El deber cumplido de los perfumes, es el amor.
La espera a la salida de las prisiones, es el amor.
La música de jazz es, directamente, el amor.
 
Buscar un otoño para perderse, es el amor.
Dejar la nieve suspendida de los claustros, es el amor.
Permitir la libertad de las narices, es el amor.
La elegancia insumisa de la vida, es el amor.
El derroche de la risa y de la muerte, es el amor.
 
No saber nada del amor, es el amor.
Nosotros somos unos auténticos ignorantes del amor
 

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