Los rostros del mundo (161) Oración XXII

ORACIÓN XXII

Confieso, Señor, mi falta de pericia
para interpretar
el significado de tus designios.

A veces, 
entiendo una cosa 
      y su contraria a la vez.

No sé si los presagios
eran inventados por la fantasía de mi deseo
o indicios de una suerte
      que no acababa nunca de sucederme.

No sé si el búho que sobrevoló mi cabeza
estando apostado en el balcón
era una señal del espíritu
o el vuelo azaroso de la naturaleza
al caer la noche
sobre mi casa en el campo.

Siempre espero un crecimiento
      de mi suerte o de mi sabiduría,
pero pasa el tiempo 
      y no noto esa mejora, esa gracia.

Como no acabo de enterarme, Señor,
¿Podrías ser más explícito, Señor,
más claro?

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