La tentación siempre sigue ahí: la de hablar con abstutricias de tornasol que irisen las clemencias de las rosas insufribles, para que induzcan las feroces barracas a febriles indicios de salud y pesetas, así, claro, para que nadie nos entienda, como si, que nos entendieran fuera algo crésido o prístino.
Meravellós. Un atractiu i misteri especial “La gàbia de les paraules”
salud Eugeni….a la gàbia li falten les lletres