Romance del dinero sexual

on dinero bien se pagan
Caprichos de potentado
Joyas, vestidos, lujurias
Con putas de buen salario,
Con niñas de porcelana
Que ya no buscan trabajo
Que encuentran lo que desean
Ejerciendo de soldados
Adiestradas en las armas
Cuerpo a tierra, cuerpo abajo.
 
Mozas de usar y tirar
Que el dinero está mojado
Por las babas del señor
Que respira perturbado
Por las ansias que lo llevan
A mirar siempre debajo
Que el asombro tiene un precio
Y es material reservado
Para cuantos tienen leyes
Que ellos mismos se han pactado
Para montarse en la vida
Lo que les viene de agrado.
 
Dinero para perdones,
Dinero para pecados,
Dinero para fronteras
Dinero de contrabando,
Dinero para ministros
Que se embolsan lo pactado,
Dinero para las misas
Dinero para agasajos
Que todo en la vida tiene
Un precio para el mercado
Que el dinero sólo es bueno
Si sirve para gastarlo
Mejor si se centrifuga
Rápido, rápido, rápido
Que quieto no vale nada
Parado es papel mojado
Y si la niña es menor
Ellos no tienen reparo.
 
 
 
 
 
 

Romance de los malos tiempos

e llevan a estos terrenos
      Las cosas del no saber,
Si fuera feliz en serio
      No entraría a este retén,
No le daría mi tiempo
      Ni prestaría interés,
No viviría en sus cielos
      Ni con uno ni con cien,
Se oxidarían los hierros
      Antes de irlos a ver,
Prefiero vivir con muertos
      O pegarme un tiro en la sien,
No necesito sus consejos
      Me convertiría en rehén,
Respirando como un ciego
      En su cárcel de papel.
 
Nadie me diga sereno,
      Nadie que me quiera bien,
Vivo encendido en el fuego
      Viendo lo que hay que ver,
Otros impulsos prefiero
      Que me lleven a emprender
Caminos de mis intentos
      Que buscan su amanecer
Lejos del hábito, lejos
      Donde nadie pueda ser
Una costumbre de viejos
      Mantenida en su desdén
Con su punto de desprecio
      Y sus marcas de avidez.
 
Viendo lo que hay que ver
      Me entregaría en cuerpo
Y alma a desaparecer
      A no sentir lo que pienso
A no pensar lo que es
      Que todo lo que fue cierto
-verde antes, negro después-
      Se convierte en un descenso
Y es la vida del revés:
      La maldad por los sus fueros
La bondad muerta a sus pies.
 
 
 
 
 
 
 

Romance mínimo de una paranoia pandémica

. veces me pregunto
Si somos demasiados
Si habría que empezar
Por irnos aliviando.
 
Bioy Casares contó
En La guerra del cerdo:
Ir de a poco eliminando
De uno en uno a los viejos.
 
Si propagas la idea,
Cuando llegue tu hora
¿Serás tú voluntario
para entrar en la horca?
 
¿O te aferrarás loco
A la mínima cuerda
Que te saque del pozo
Y vivir en la menta?

Romance del rey y la reina

.l rey tenía una reina,
cabellos de ciencia y cielo,
y un jardín donde perderse
por las demencias del sueño.        
 
Se callaban las serpientes
en la siesta de los ciervos,
siseaban las medusas
por los mares del silencio.
 
“Animales y alimañas
por el amor que os dejo
dejad que vayan pasando
las penas viejas del viento”.
 
“Yo moriría por ti
y antes que echarte de menos
entraría en las reyertas
para salvarte del miedo”.                         
 
El rey tenía una reina
por ella perdió su reino
suspirando por las sombras
ciegas del amor eterno.
 
"Esa suerte del amor
es doliente y no la quiero,
ese rostro del amor
es esquivo y traicionero".
 
"Yo la quiero con su forma,
con la gracia de su cuerpo,
con su boca siempre llena
de rosales y de besos".
 
"Ella vive, yo lo sé,
yo la busco y no la encuentro,
corriendo por el envés
del milagro y los infiernos".

Romance de la nostalgia

e libero en los establos
de los líquidos amnióticos,
sobrevivo en los tejados
como un delincuente sobrio.
 
Me elevo por el silencio
de los humos perfumados,
tendré que pagar el precio
de ser libre entre los fatuos.
 
Me desperezo en las sombras
como gato de pesebre,
la fe me regala horas
para dárselas a la fiebre.
 
Me entrego a las defensas
de los días inclinados
a ser nostalgia y carencia
de tus sueños y tus manos.
 
Viviré para contarlo
que la vida siempre gana
no me muero por si acaso
que quiero verte mañana.

Romance del silencio

odo el mundo te lo dice
todo el mundo te lo da
el silencio es un acento
que se calla por no hablar
que el peligro está en la boca
como el agua está en el mar
que ya te enseñan de niño
que lo mejor es callar
no vaya a ser que les digas
por chiripa una verdad
que les ponga muy nerviosos
y les rompas el cristal
del espejo en que se miran
-pavorosa vanidad-
del linaje que los nombra
señores del capital
dueños de muchos destinos,
ejecutores del mal.

Romance de los rumores del mar

l rumor levanta colmenas.
El humo sube en libertad.
Todos tienen muchas palabras.
Los árboles huyen del mar.
 
Se inclinan ante los que gritan
consignas de oprobio feraz,
cosechas que algunos cultivan
arando en el fondo del mar.
 
Allá irán sus nuevos esclavos,
autores de su propia maldad,
rapaces cerriles creyentes
prietos en las garras del mar.
 
Los ciegos alumbran su luz
y los mancos su manquedad,
el pánico busca refugio
en las hondas cuevas del mar.
 
Abanderados y esculpidos
por los usos del tribunal
gimen los niños del sueño
los limpios desastres del mar.
 
Bajamos del cielo iracundos
por una escalera fatal,
las sombras son lobos esquivos
que ignoran las almas del mar.

Romance del deseo

l mercurio que me sube
Con el ansia de su centro
El mar que se desafuera
De sus faltas y sus fueros
Para alzarse por escalas
Que me elevan a sus pechos
Esos corzos desatados
Que brincan como corderos
Retozantes y felices
Por los prados del deseo.
 
El dibujo de la arena
Circunscribe el gran suceso
De un meteorito que baja
Velocísimo en su fuego
Como mastines feroces  
Llorando por su consuelo
En los límites del mal
Y los márgenes  del cielo
Que la pasión del amor
Se desintegra en los cuerpos
Celestiales en las fraguas
Que incendian el universo.
 
Quien podrá decir jamás
Inocentes y perversos,
Llevados por las corrientes
Que no detienen los muertos,
Ni los gallos que delatan,
Ni las huestes del desierto,
Ni las damas represoras,
Ni los tanques del ejército,
Pues no quieren, no obedecen,
Convenios y juramentos
Si no son los suyos propios,
Que la furia del deseo
Es atávica y tan fresca,
Tan indómita y sin freno
Que arrasaría con toda
Presa, orden, impedimento
Que quisiera represarlo
Que quisiera reprenderlo
Que no hay alcance más alto
Que no te lleve más lejos
Que el vuelo del corazón,
Que el caballo del deseo.
 

Romance del rey pasmado

abezón, sin pelo y cebado,
a dónde vas gordo de ti
si no te van a recibir
ni siquiera como regalo.
 
Eres un santo desgraciado.
Nadie espera nada de ti.
Así que puedes recibir
el título de rey pasmado.
 
Si sobas serás un sobado.
El país es mejor sin ti.
Solo te falta recibir
las citaciones del juzgado.
 
El futuro ya ha demostrado
que se puede pasar de ti.
Se acabó ya de recibir
los dividendos del pringado.
 
Por la carga que has aguantado,
esta canción es para ti.
Tal vez la puedas recibir
tal si fueras el rey del mambo.
 
Yo, ni siquiera te he nombrado
-está prohibido hablar de ti-
aunque aprendiste a recibir
el pastizal de los pasmados.
 
 
 

Romance de la indignación sin rima

d y azotad a ese prójimo.
Redimidlo de su lúbrica
propensión al criminal 
sometimiento del débil,
dejadle la piel en llamas,
que sienta el dolor ardiendo
en su tórrida consciencia
de abusador inclemente;
que se queme enaltecido
por látigos sin fatiga;
que sienta, multiplicado,
el dolor que, despectivo,
infringe por voluntad
de capricho lujurioso,
de sadismo decadente,
de gratuito privilegio,
de esclavitud lucrativa.
La soberbia que descansa
en espalda ajena busca 
su merecido en la piel
propia.
            Id, pues, y azotad
a ese dueño concentrado
de poderes y dineros,
de desprecios y maldades,
de hartazgos heredados
que hacen del desposeído
una víctima del cielo.
 
¡Ay romanos, que no nos
acabasteis de enseñar
la dignidad tan nombrada,
tan depravados vosotros
por el exceso adiposo
de la molicie indecente,
como los dueños de ahora,
aduladores del oro,
adoradores del sátrapa,
reverentes del corrupto,
lameculos hacia arriba,
despóticos hacia abajo,
desgraciados irredentos, 
vengativos absolutos.
 
La vara que sirve para 
medir la humillación sucia
del pobre, nos sirva para 
recalentar el pellejo
del rico; que las espinas  
que hicieron sangrar al hijo
de la indómita pobreza 
se incardinen en la sien
de los que se benefician  
del pan hurtado a los perros;
que no se pueda decir  
que el hombre que facilita
la aberración del poder  
dispondrá de casa y coche,
seguridad y solarium,
despensa para su gula,
ocios y fornicios dóciles  
y rencorosos para usos
cínicos y desatentos.
 
Estoy hasta más arriba  
de esa vileza que premia
al ruin en su sino, al mísero  
e indecente latiguero.
Lejos de mi sus vestigios  
de moralidad, de pulcra
decrepitud, sus maneras  
de ojeador en penumbra,
su lento acecho en la noche  
de vampiro voraz, lúgubre
chupador de dangre ajena. 
Con esa desfachatez
de predicar a los otros  
lo que jamás cumple el mismo.
 
No quiero ni que me roce, 
escondido y aparente
de fórmulas y domingos,  
infecto depredador
de personas humilladas,  
de mujeres sometidas,
de cuerpos y almas sumisas  
a su delirante sueño
de soberana grandeza.  
Que se pudra bajo el látigo
de la justicia espontánea  
del hijo de los mil frentes
que vino a limpiar el templo  
de opresores que inoculan
ese veneno violento  
en el mundo cotidiano:
la perversión de los sádicos, 
el dolor loco y gratuito,
el dolor innecesario.
 

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