ORACIÓN I Oh! Dios de las efímeras formas, que frecuentas el funambulismo de mis fábulas, que franqueas con fortuna las fronteras fraternales, que fomentas mis funciones fáticas y fagocitas mis famélicas falsedades, fortalece mi flemática fe para ser fijo en tus fenómenos fatales, y no dejes de facilitarme la farmacopea que me afirma en mi fascinante fama de follador.
Los rostros del mundo
Los rostros del mundo (38) Fantasías
Fantasías De aquellos tebeos de nuestra infancia se llenaron nuestras cabezas de fantasías heroicas de las que éramos protagonistas valerosos, invencibles: Blandir una espada por las causas perdidas, arrojar una moneda contra el destino incierto, salvar a la doncella del maldito bastardo, defender a los niños del ataque del lobo, devolver la corona al legítimo rey… una sopa moral que alimentó nuestro idealismo como Alejandro Magno, tal vez, se alimentó de las aventuras troyanas de Homero y sus caballitos de madera.
Los rostros del mundo (37) Oración X
ORACIÓN X
Te imploro señor,
una cantimplora de agua fresca
para mi travesía del desierto.
Te ruego señor,
que riegues mi huerto de secano
para que pueda seguir dando
lustrosas berenjenas, magníficos pepinos.
Te pido señor,
un pingüino, o una pepita de oro,
o una piruleta, o una apisonadora,
o una pistola de agua oxigenada.
Soy un pringado y se me va la polla.
Los rostros del mundo (36) Oración VIII
ORACIÓN VIII Querido Dios que estás en mi corazón: no me perdones ni una, deja que sea yo quien me perdone, pero tú, mantente alerta con mis faltas y no me perdones ni una. Deja que me beba todo el verdín de mis pecados para que me envenene o viva para siempre amando el perfil de mi superación, la pasión de tu demencia.
Los rostros del mundo (35) El colibrí
EL COLIBRÍ ¡Qué mal te veo! A ti y a los otros Y a mí el primero ¡Que mal te veo! El colibrí danzante se mira en el espejo y la gota malaya percute en su cerebro. ¡Qué mal te veo! A ti y a los otros Y a mí el primero ¡Que mal te veo!
Los rostros del mundo (34) Oración VII
ORACIÓN VII ¡Señor de mis deseos ocultos! Más que ocultos, no invasivos. Más que no invasivos, discretos. Más que discretos, delicados. Más que delicados, por decir algo, que no tengo deseos ocultos, puesto que lo digo abiertamente: mi deseo es de ella, que no está ni casada, pero me ignora. Señor, digo, hazme caso alguna vez y que sea ella quien busque mi carne encendida sobre las aguas que mueven, subterráneas, el mundo.
Los rostros del mundo (33) Payaso
PAYASO Para poner buena cara al mal tiempo, para ser más tolerante y tomarme la vida con filosofía y bienestar, mi psicólogo me recomendó que cambiara de oficio. Que dejara la estresante dirección de la PCU’s, -Petróleos Carpetovetónicos Unidos- y que me adentrara en la libertad de mi espíritu, que fluyera en la tranquilidad armónica del universo. Cambié de oficio por otro más divertido, al que siempre quise dedicarme desde pequeño. Ahora soy el secretario de la PCU’s -Payasos Celtíberos Unidos- Pero hay algo que sigue sin encajar. No acabo de sentirme mejor. No soy más feliz y no sé por qué.
Los rostros del mundo (32) Oración VI
ORACIÓN VI Me acusan Señor, de ser un blasfemo. Tú sabes, perfectamente, cuán falsa es esta acusación. Yo soy el primero en reconocer mi insignificancia ante tu misterio insondable, ante el que me postro. Sí te pido, Señor, que apartes de mí a tus devotos. Son unos pesados insoportables (¡que no sabrás tú que los sufres en primera línea!) que levantan contra mí, sus injurias, sus falsos testimonios, sus depravados deseos de joderme la marrana.
Los rostros del mundo (31) Oración V
ORACIÓN V Oh Señor! Siempre te seré fiel. Probé otra religión y vuelvo a ti, absoluta y totalmente convencido. Sus sacerdotes me dijeron que debía masticar cada bocado de alimento más de cien veces. ¡incluso el agua!
Los rostros del mundo (30) Jotas ratoniles
I La ratita presumida merece la admiración pues alegra nuestros ojos y se va con el ratón. II Los ratones del poder que siempre nos merodean, encuentran su condición: unos nos cagan, otros nos mean. III Ballovar con sus dos perros su padre con un hurón fueron a coger conejos y cogieron un ratón.