Los rostros del mundo (36) Oración VIII

ORACIÓN VIII

Querido Dios que estás en mi corazón:
      no me perdones ni una,
deja que sea yo quien me perdone,
      pero tú, 
mantente alerta con mis faltas 
      y no me perdones ni una.

Deja que me beba 
      todo el verdín de mis pecados
para que me envenene
      o viva para siempre 

amando

el perfil de mi superación, 
      la pasión de tu demencia.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies