
Tatatatatata tatá tatá tatatá Tátátátá tatatata tatá tatá Tá tá tá tatatatatata tatatatatatá Tatatatatatatata tatatatatatata Traducción: Deja de hacer el estilita Grúa desmadejada Y vete al campo y trae Una rana para tu hijo hambriento.
Tatatatatata tatá tatá tatatá Tátátátá tatatata tatá tatá Tá tá tá tatatatatata tatatatatatá Tatatatatatatata tatatatatatata Traducción: Deja de hacer el estilita Grúa desmadejada Y vete al campo y trae Una rana para tu hijo hambriento.
Guach guach huaaa Guacc gruacccc huaccc Huaccc huaccc huaccc Gruacc gruaccc gruacc Traducción: ¡Que se calle de una vez, el malvado número diez! ¡Con su traje de colores, parece un loro con dolores!
Úu Úu Úu ajjjj ajjjj Búuuu búuu búuu Hú hú hú hú aaajjj Húuuuuuuuuu aaajjjj Úu úu úu Hú Hú Hú Uú Uú Traducción: Veo con la mente La imagen del sonido, La sinestesia Que me permite cazar En la noche oscura del lirón.
Beeee beee be be be bruck Beeee beaeaea broup baaaajjj Beb beba beeeee buck buck Pruffff pruffff baaaaa bbaaaa Traducción: No te dejes invitar Por los borregos, Acabarás borracho Y alistado a la legión.
Iuch iuch iiighs Iauch iiiuuuhhss Iauch iiiuuhhss hihiuch Juch juch juch iauhs Iauchs iauhs iifiss iifisshh Traducción: Veo el matiz en la distancia Veo el miedo en el ojo de la liebre Veo la sangre fresca que palpita Soy como dios, desde el cielo domino la tierra.
Serán bendecidos por la buena suerte: Aquellos que fíen su buena suerte a favor de los signos de la entrega; Aquellos que fíen su entrega al ejercicio de soñar con su salud; Aquellos que fíen su salud a no luchar contra su voluntad; Aquellos que fían su voluntad al canto general de sus remedios; Aquellos que fían sus remedios al perfil marino de su humildad; Aquellos que fían su humildad al salto del gorrión entre las patas del caballo; Aquellos que fían su caballo al trote de la agilidad y la diligencia; Aquellos que fían su diligencia a la dirección de John Ford.
Según el maestro de la ilusión moral, un hombre tiene derecho: A borrar sus huellas; A dormir sin que su conciencia le recuerde las erratas de su escritura vital; Al vendaval de sus delirios; A desear la mujer del prójimo en la intimidad de sus sueños; A desear la muerte del maldito estrépito que le come las entrañas; A visitar a sus muertos en los otoños dolientes del recuerdo; A matar a quien quiera matarlo. Otros maestros añaden: A perderse en la selva de los signos indescifrables; A vivir enajenado en el soliloquio de las espigas demoradas; A viajar en busca de sí mismo; A viajar sin desplazarse. A morirse si le da la gana.
Un hombre que no tiene mujer Es un lagarto que vive en una roca Es ortiga sin río ni limonero Es una vía muerta del tren minero El gran infortunio de una mente loca. Es esa lotería que nunca toca El que en la cola del morir va el primero Ese que bajo el sol no lleva sombrero Ese que no tiene dientes en la boca. Es el actor del escenario vacío Que recita soliloquios para sombras Que no recordarán los ojos del ciego Es el mudo sembrador que nunca nombras Dios de los cielos que esparces el rocío Dejando al hombre soltero para luego.
Dijo el maestro: Aquel que, siendo buen poeta, adula al artista consagrado, acaba desmerecido a mis ojos. Cuando el artista consagrado lo es por una camarilla de plastas aprovechados, el poeta que lo adula, deja de ser un buen poeta para pasar a ser un poeta adulterado. Adular es adulterar. Entre los artistas consagrados y los poetas de goma espuma se mueve el cotarro de la mucha fama y la poca enjundia. El artista consagrado está forrado. Sus brochazos metafísicos se pagan a un precio astronómico. La adulación del poeta se paga a un precio gastronómico. Sentarse a la mesa del maestro es suficiente pago para el poeta adulador. Tanto el arte como la poesía van por otros caminos. Ellos lo saben y por eso los silencian. No hay suficiente oro para todos.
El maestro reflexionaba: La generosidad que busca la adulación o la recompensa, no es generosidad, es aprovechamiento. La generosidad provechosa es secreta, si no es secreta es aprovechada. La generosidad que promociona el interés del generoso, es más infame que la cagada de un camello sobre la cabeza de un sabio. El generoso genuino se fusiona con la nada. La nada es la alfombra que lo lleva a desaparecer sin dejar el pringue del falso generoso. De la generosidad se puede decir lo que el rabino Canetti de Cuenca decía de la bondad: “no admite disfraces y no tolera el aplauso”