Los rostros del mundo (148) El mundo es insoportable

     EL MUNDO ES INSOPORTABLE

                  I

Lo diré directamente
El mundo es insoportable
Está lleno de cretinos
Que llegan de todas partes
Ilustrados sin memoria
Orgullosos y pedantes
Los ricos con su soberbia
Mandando cual generales
Los pobres, almas en pena,
Los votan como a penates,
Ídolos de pacotilla
Que invocan a los más cafres
No personas que se muestran
Como burdos personajes
Todos juntos en la masa
Informe de las debacles
Locos tontos travestidos
Copando todos los bares
Cascos de demolición 
Tirados en los debates
Casados con las reyertas
Sepulcros de botarates
Opinadores sin crédito
Más sumisos que ignorantes
Que perjuran y persisten 
En contarse sus lunares
Malignos de corto plazo
Que envidian lo que no saben
Hermanos de la desidia
Reyezuelos de elefantes
Que no devuelven el pago
Ni el coste de lo que valen
Todos juntos, todos, todos
Pesados insoportables.

Los rostros del mundo (147) Mis zapatos

     MIS ZAPATOS

Mis zapatos, crías de dinosaurios,
albergan el macramé de las calles
      de cantos rodados
afilados por la cabellera de la luna.

Duermen como lobos domesticados
      a los pies de mi cama.
Me enseñan las cicatrices
      que serán los signos de mi vida.
Aguardan a que me decida
      a conquistar el mundo o a liberar el tiempo.
Lo más probable es que se queden
      bailando en el claustro del abandono.

Mis zapatos tienen un nombre secreto
      que he olvidado.

Los rostros del mundo (146) Paz

     PAZ 

¿Cuánto tiempo soporta el hombre
      la beatitud,
antes de romperla como un juguete
      de niño mal criado?

La paz no está hecha 
para el alma del inquieto,
el hombre que busca emociones,
el insolvente, el caprichoso,
el perfecto insatisfecho.

La paz es para quien deja 
      que el deseo fluya y florezca
como una mano que sabe coger 
      una mariposa desprendida del génesis
o un jazmín que reposa 
      en la noche de la santidad.

Los rostros del mundo (144) Tarde de verano

TARDE DE VERANO

Respiras despacio

La guitarra saca agua del pozo 
      -como se dice, moja el agua-
       silencia al silencio-

Caen álamos a las manos
      y gatos a los minutos

El patio rezuma pulcritud,
Los jazmines, caballos trenzados

El mar, que viene de lejos, fuma
      en la ronda del claustro

Te trajeron cosas que has perdido:
      un anillo de oro, una infancia de niebla,
      un reloj irresponsable.

Los rostros del mundo (142) Soneto 16

SONETO DE LA MUERTE 

Si la muerte es sentencia inapelable
una bruma que enturbia el pensamiento
una ausencia sin nombre cuando siento
el sentido sentado en lo inestable

nada nos salvará de su inefable
voluntad, ni el amor, ni el crecimiento
de la fe, ni las fuerzas que el aliento
divino nos regala como un sable.

Vendrá con sus cangrejos demorados
o sus soles ardientes, o sus naves
donde gimen tus sueños derrotados.

Vendrá con el cobalto de las llaves
en las manos, con dientes desatados, 
cantándote el lugar para que excaves.

Los rostros del mundo (141) La canción de las aguas

CANCIÓN DE LAS AGUAS

Que corran las aguas limpias
Y arrastren las aguas viles
Ferozmente y sin consuelo
Por las corrientes sin fines.

Que dejen las calles limpias
Que dejen mis ojos claros
Un frescor por los jardines
Un amor por los abrazos.

Que limpias las aguas corran
Y arrastren las aguas mentas
Que permitan a las flores
Perfumar las almas quietas.

Ufanas aguas cantando
Libres del cauce siniestro
Desparramándose como
Si no existieran los verbos.

Que corran entre los árboles
El jazminero y la encina
Y suban hasta la noche
Los conjuros de la vida.

Los rostros del mundo (140) Generaciones

GENERACIONES

¿A partir de qué edad
      nos gira el rostro 
hacia la incomprensión del mundo?

¿Cuándo se produce el cambio
      desde el interés
al desafecto por las personas y las cosas?

Sumar años, restar energías, sentir
      el vacío de los pasos,
correr hacia el placer, andar hacia la nada.

 Hay una estación de intercambio

bajar de un tren, subir al muelle de carga.

Si ya no habla el amor ¿qué, luz sin luz nos acompaña?

Los rostros del mundo (139) Oración XIV

ORACIÓN XIV

Señor todopoderoso,
que todo lo ves y todo lo sabes,
que conoces los más intrincados
pensamientos del hombre desprovisto
de tus atributos, del mortal
que se caga de miedo ante la muerte,
tu más fiel servidora, tu ángel más eficiente,
déjame caer en la tentación,
permíteme que vaya más allá
de mis torpezas, de mis limitaciones,
permíteme saborear, aunque sea
un mínimo tiempo, de la soberbia
de pensar que soy dueño
del placer de mis excesos.
     

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