La palabra verdadera, viene como un consuelo. Es un pájaro que se posa un segundo en la ventana, respira y se va. Los seres alados siempre son perseguidos. Todas las palabras son verdaderas. El consuelo lo mueve el espíritu que trae la verdad a la ventana de tu alma. Un consuelo que no dura, un mínimo fulgor de belleza, un milagro que no acaba nunca de entregar su riqueza. Un consuelo que siempre huye, como el pájaro que respira en tu ventana y se va.