Reyerta – día 175

  
 Dudo sobrevivir en medio de una reyerta.
 No me gustaría morir a manos de un cretino
 por una improvisada pelea de necedades, 
 por una borrachera de confusiones,
 por una resaca de mal sueño 
       en las barricadas de la suciedad,
  
 pero veo que no sería lo suficientemente rápido,
 que no sabría defenderme con la suficiente celeridad.
 No sería contundente. 
 El pensamiento moral me retraería. 
 Ralentizaría el tiempo de reacción.
 Querría dar una oportunidad al malevo. 
 Que se lo pensara.
 Quizás pudiera convencerlo. 
 Pausar y ver
 que es absurdo llegar hasta las últimas consecuencias,
 que es estúpido morir por una imbecilidad.
  
 Pero ese segundo de razón sería inútil
 ante quien, en plena vorágine de adrenalina, 
 lanzaría la puñalada mortal, el cuchillo asesino.
  
 Un segundo de razón inútil.
 Un segundo para morir y perder la razón.
 Un segundo para que la razón se vea, otra vez,
       pisoteada por la reacción posesiva,
 por la ciega necesidad de sobrevivir a toda costa.
  
 La muerte es demasiado perentoria
       en medio de una reyerta,
 demasiado definitiva para mi gusto. 
   

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies