
EL BOSQUE En medio del bosque, todos los olores me orientaban hacia ti. El bosque donde me perdí.

EL BOSQUE En medio del bosque, todos los olores me orientaban hacia ti. El bosque donde me perdí.

SOY UNA INVENCIÓN Soy una invención No dejo de ser realidad Soy una realidad No dejo de ser invención Puedo parecer irreal Pero no soy falso Por más que mienta No dejo de ser verdadero Ser siempre el ser Impide ser el no ser No ser siempre el ser Puede permitir el no ser En la contradicción Soy una rana en el agua En el agua de la balsa Me baño como una naranja.

LOS SÍMBOLOS Los símbolos repetidos se degradan con el tiempo y aquello que infundía respeto puede acabar siendo paródico y viceversa, aquello paródico convertirse en bandera del orgullo verdecido.

EL POEMA
He de confesarte, amigo Julio
que prefiero el poema acotado
por su marco de intenciones,
aunque sean mínimas,
aquel en el que el poeta se lee a sí mismo
en el mundo
y se hace crítico, lúcido y compasivo
y me tiene en consideración,
yo que pasaba por allí
y me entretuve curioso o seducido
o con ansias de conocer,
antes que ese otro poema
en el que el poeta se diluye en la luz,
se abstrae y elucubra en la mendacidad
de su espíritu que cree sublime
y que finalmente no pasa
del umbral de su miseria balbuciente.
Una cosa es el misterio insondable,
el abismo del alma
al que el espíritu se acerca
con devota dedicación,
y otra, muy distinta,
es la afectación de una elevación
que no se tiene, ni se tendrá.

CARTA Todas las palabras que pudiera escribir en una carta celestial no se acercarían a cantar la gloria de tu belleza, la onda de felicidad que me inunda cuando te contemplo, la ingravidez de mi cuerpo que es puro deleite cuando yazgo a tu lado. Todas las palabras son pálidas sombras del sentir imantado que me atrae hacia ti, que me abres la puerta del jardín de mi deseo, donde tu descansas leyendo una carta.

EL FERROVIARIO Muchos años después aún me despierta la pesadilla de aquella ronda nocturna de mi primer año de trabajo en la Renfe. Yo iba revisando las vías entre las estaciones de R. y F. cuando me encontré con un cuerpo decapitado. Mi reacción instantánea fue apartar la mirada a tal velocidad que de la visión no podía deducirse ninguna certeza y sí un miedo súbito de espanto y huida. Tuve que volver atrás para cerciorarme de que aquello era una cabeza y el bulto era un cuerpo humano. Me entretuve el tiempo justo para no equivocarme y poder dar el parte al compañero que venía de la otra estación. ¿Habéis oído decir la expresión “pies para qué os quiero”? Aún me veo corriendo por las vías rompiendo a bandazos de farol desesperado la oscuridad de la noche.

ALGUNAS RESPUESTAS
Somos el tiempo presente
de la flecha que nos lleva.
Somos el aquí y el ahora
del dolor cuando llega.
Somos el milagro indeciso
del amor y el placer.
Somos el gusto de vivir
en el sabor y el saber.
Somos la luz de la esfera
que alumbra su santuario.
Somos la memoria que busca
la verdad de su sudario.
Somos catedrales que nunca
se acaban de construir.
Somos la muerte viviente
que nos viene a recibir.

LOS DEMONIOS
Los demonios son de la familia,
están cerca de nosotros,
de nuestras tribulaciones,
de nuestros deseos,
de nuestras ilusiones,
de nuestros ajetreos cotidianos,
comen y beben con nosotros,
son infieles,
se acuestan con las primas,
van de caza o al fútbol con los cuñados,
y siempre tropezamos con ellos,
no les damos esquinazo
por más que lo intentemos,
forman parte de nuestra buena educación,
del eufemismo que enmascara
el sentimiento más sincero:
los demonios alaban la belleza
de la fea de la farmacia,
hacen carantoñas al insoportable
niño del vecino,
y encuentran las palabras
para armar la pequeña hipocresía
que nos hace salir del paso.
Si no fuera por nuestros demonios
acabaríamos viviendo en un faro.

ALGUNAS PREGUNTAS
¿Dónde está el valor
cuando todo se desmorona?
¿Dónde está la salud
en los tiempos de la enfermedad?
¿Cómo interpretas el pasado
en esta hora que lo desmiente?
¿Cómo se restablece el amor
cuando se instala la traición?
¿Dónde se resguarda la vida
cuando se viene la muerte?
¿Acaso los buenos recuerdos
nos redimen de los males presentes?
¿Acaso una pregunta
contesta a otra pregunta?
Somos el pasado y el olvido.
Somos el presente y el dolor.
Somos el futuro o la muerte.