Los rostros del mundo (50) Los muertos III

LOS MUERTOS III

Siempre se supo de la soledad de los muertos.
Ellos también nos echan de menos.
En ocasiones es cuestión de frenos,
en otras, es un desastre aéreo. No importa
la forma que adquiera el traspaso.

El caso es que es imposible evitar el deceso.

La obsolescencia programada estaba en el diseño.
Dios quería estar solo y a nosotros
nos regaló la velocidad y el ansia,
las urgencias y las drogas,
la tecnología del disparo y la moto.

Los muertos y Dios coinciden en su deseo de soledad.

Los rostros del mundo (48) Oración XVIII

ORACIÓN XVIII

Señor, no me enseñes a ser indulgente,
así, en general y en abstracto.
Hay asesinos que merecen 
      que les adelantemos la muerte
antes de que aniquilen la vida de los inocentes.

No puedo ni quiero ser indulgente
con el asesino de la niña a la que violó.
No dejes que tenga ni una millonésima
parte de un gramo de perdón
para con ese individuo.

Facilítanos las cosas, señor:
¿por qué no le das tú, que todo lo puedes,
la bendición de que se suicide
antes de que cometa ningún otro crimen?

Así nos libraríamos del terrible abismo
de saber que ese ser depravado, 
es humano como nosotros mismos.

Los rostros del mundo (47) Pintada

PINTADA	


Llegeixo aquesta pintada
      cridant en les parets:
¡amb la llengua no s’hi juga!

¡I tant que s’hi juga amb la llengua!

El que no es pot
      fer amb la llengua,
és ésser falç i mentider,
manipulador, dèspota,
donar ordres assassines
o amagar la realitat…

L’amor juga amb la llengua,
la poesia juga amb la llengua,
el gust juga amb la llengua,
Els trobadors de la lleialtat 
      juguen amb la llengua.

Los rostros del mundo (46) Oración XVII

ORACIÓN XVII

Señor, dame fuerzas para
combatir la tentación
de cambiar este paradigma:
“todo el mundo es bueno
     hasta que se demuestre lo contrario”
por el de:
“todo el mundo es malo
      hasta que se demuestre lo contrario”.

La experiencia, el desengaño, 
el cansancio de bregar a contracorriente, 
la edad, que te lleva a la misantropía,
son como un torbellino
que me arrastra 
a un pesimismo sin salida.

Cumplir años para llegar 
a esta triste conclusión 
me parece de una pobreza
que degrada la vida 
hacia una miseria de espíritu
que no quiero para mí.

Oh Señor, dame fuerzas 
para no caer en la tentación
de empezar a desconfiar 
como un viejo cobarde,
un miserable burgués que sólo piensa
en preservar sus monedas de plata.

Los rostros del mundo (45) Salvación

SALVACIÓN

Si la voluntad lo sabe
¿por qué no lo hace?

Si conoce el camino 
¿por qué no lo emprende?

Si tiene instinto de mejora
¿por qué está hundido en el abismo?

Si sabe andar por el aire
¿por qué se cae en la tierra?

Si quiere ¿por qué parece no querer?

¿Acaso es que no quiere
lo que todos quieren que quiera?

Los rostros del mundo (43) Los muertos II

LOS MUERTOS II

Es verdad que echamos de menos
a algunas personas queridas que traspasaron.
Las echamos de menos.
Echamos de menos la felicidad 
      que nos hacían vivir, 
los ratos agradables que compartimos,
los años en que éramos más jóvenes,
los tiempos de la fiesta, del amor, 
      de la aventura, del exceso.
La nostalgia es el humo del incendio 
      que nos los hace recordar.
El humo que nos asfixia
      del gran incendio de la vida. 

Los rostros del mundo (42) Oración XVI

ORACIÓN XVI

Líbranos Señor
de tantas indigencias
que nos ahogan.
Ayúdanos, nosotros no podemos solos.

Desde el primer día 
que salimos del cercado del paraíso
hemos tenido un comportamiento
violento y parasitario.
Ya desde el primer día.

Tal vez seamos así por naturaleza,
y querer combatir la pobreza y la injusticia
con la bondad y la compasión
sea, más que un destino, una condena.

Terrible condena pues el mucho esfuerzo
no consigue ninguna solución.

Más terrible aún comprobar
que muchos de los que decían
combatir los males del mundo,
caían ellos mismos en los mismos defectos
que decían combatir.

Ya sé que somos responsables y deberíamos
salir del atolladero por nuestras propias fuerzas,
pues fuimos nosotros mismos los que construimos
las trampas en las que estamos presos.

Pero ya ves que seguimos con el crimen, 
la explotación, el hambre, la guerra…y todas 
esas formas de suciedad social sin solución.

Por eso te pido señor, 
ya que no nos vas a solucionar nada,
te pido que no nos falte la fuerza
para no desfallecer ante la inmensidad de la tarea.

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