Coplas y Cantares 2 – día 214

 I
  
 Entre las formas que Dios
 ha diseñado con gusto,
 está la luna en el cielo
 y está tu cuerpo desnudo.
  
  
 II
  
 El tiempo es un vacío,
 un pasar sin provecho,
 lo tengo decidido:
 o viajo o me hago viejo.
  
  
 III
  
 Dos cosas sí dispongo
 para el uso de la vida,
 palabras de corazón
 y corazón sin mentiras. 
                              

Poemas Políticos 15 – La prehistoria sigue aquí – día 212

  La Prehistoria sigue aquí.
 Nunca se fue. Somos lo que hemos sido.
 Aquí, por encima de nuestra planicie del Camp,      
 en las montañas de Prades, en la cueva del Cudós,
 se han encontrado huesos de leopardos, 
       leones, hienas…
 Solo huesos delatores. Los animales
 bajaron de la montaña a la llanura, 
       donde se encuentran actualmente,
 más en su medio económico, salvaje, depredador. 
                              

Romance del hombre triste

  ra un hombre de ojos tristes
 hundido por su pasado
 envuelto por esa bruma
 de los recuerdos amargos.
  
 La conciencia es un problema
 para un hombre delicado
 que se asoma en carne viva
 al rostro de su retrato.
  
 Fue el elogio y la soberbia
 los caminos descarriados.
 Al tonto siempre le pasan 
 por encima los caballos.
  
 Creyó en lo que no tenía:
 un valor indemostrado,
 una mente prodigiosa,
 una fuerza  entre las manos.
  
 La suerte puso el espejo
 de su instinto equivocado:
 si lo que dices no es cierto
 vas a tener que pagarlo.
  
 Pensar, creer o decir
 que es bueno lo imaginado,
 puede ser un disparate
 como un sueño mal soñado.
  
 Vislumbró una patria nueva,
 una familia de hermanos,
 un camino de ilusiones,
 palabras de conjurados.
  
 Pasaron años y el tiempo
 le trajo los desengaños
 de quienes ponen el pan
 en boca del desdentado.
  
 Las mentiras no perdonan
 y más pronto que temprano
 te pasarán la minuta
 de tu sueño mal gastado.
  
 Empezó con alegría
 y el hombre se fue apagando,
 el camino de los tristes
 acaba en los establos.
  
 Si piensas la realidad,
 si vas sumando los actos,
 la cobardía te escribe
 la memoria del fracaso.
  
  
   
 

Poemas Políticos 14 – Un país – día 211

 
Un país se reconoce
por sus topónimos,
por sus referencias
de geografía local:
  
 Río Seco
 Cerro Húmedo
 El Ventisquero
 El Castillo del Moro
 El Puente del Diablo
 La Cañada del Crimen
 La Casa de la Bomba
 La Charca Chica
 La Cueva del Oso
 El Mirador del Campo
 El Salto del Ángel
 El Árbol del Ahorcado
 La Colina del Lobo
 La Loma del Juglar
 El Palomar
 La Pajarera
 El Rincón del Santo
 La Venta de la Perdiz
 El Nevero
 La Curva del Congrio
 El Camino de la Ermita
 El Chaparral
 El Bosque Encantado
 La Fuente de Hierro
 El Santuario de la Herradura
 La Cuesta de Barrabás
 La Ciénaga del Ciervo
 El Paso del Asno
 Puerto Urraco
 El Molino Viejo
 El Farallón del Rostro
 La Orilla del Fresno
 L’Ermita de Mitja Costa
 La Roca del Call…
  
 Sabremos que hemos cambiado
       de país,
 cuando estas palabras 
 no despierten ningún eco,
 no signifiquen nada,
 nos suenen a un galimatías 
 de vergüenzas pueblerinas.
  
 El país puede ser tan pequeño
 como tu pueblo o tu comarca.
 Los hay del tamaño 
 de una habitación adolescente.
 Pero puede que llegue
 hasta el norte de Irlanda 
 o la desconocida Albania.
   
                           

Poemas Políticos 13 – El precio – día 210

 La muerte tiene un precio.
 La amistad tiene un precio.
 El amor tiene un precio.
 Todos pagamos un precio.
  
 La envidia tiene un precio.
 La moralidad tiene un precio.
 La justicia tiene un precio.
 Los perros tienen un precio.
  
 La mermelada tiene un precio.
 La cultura tiene un precio,
 La mala fe tiene un precio,
 Las muñecas tienen un precio.
  
 El sexo gratuito tiene un precio.
 Los bonus de regalo tienen un precio,
 La segunda unidad tiene un precio.
 La movilidad libre tiene un precio.
  
 Todas las cosas tienen un precio.
 Todas las personas tienen un precio.
 Yo tengo un precio…pero
 Oh! Yoko Ono no Oko Bento, 
 no estoy a la venta. 
                           

Poemas Políticos 12 – Desterrados – día 209

 Yo no puedo dar de comer
 al lagarto de los niños,
 no puedo hacer de espadaña
 de las palmeras flamígeras del sueño.
  
 Ya no puedo mantener las estrellas
 en las cimas del ave crepuscular,
 todo lo que debe morir 
 merece un llanto efímero.
  
 ¿Quién recuerda el amor 
 de la hechicera herida por las hachas     
 que se refugió en el acero
 de las venas creciendo en el desierto?
  
 Soy un hombre amarrado a la balsa,
 navego las turbulencias de las diásporas,
 no creo en los crisantemos
 que llevan los que lloran a las tumbas.
  
 Ya no te buscaré en el laberinto
 del barro que se desmorona, 
 ya el sol es una perdición
 de seguir las huellas 
       de los hijos desterrados.
  
 Amanece el cristal en el frío
 de las malas decisiones,
 cristales rotos, hechos añicos,
 dolorosos como porcelanas hirientes,
 abriendo heridas en las manos,
 las manos siniestras del porvenir,
 el porvenir cayendo en el pozo
 invisible y sin retorno del cristal en el frío.
                         

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