Romance del hombre triste

  ra un hombre de ojos tristes
 hundido por su pasado
 envuelto por esa bruma
 de los recuerdos amargos.
  
 La conciencia es un problema
 para un hombre delicado
 que se asoma en carne viva
 al rostro de su retrato.
  
 Fue el elogio y la soberbia
 los caminos descarriados.
 Al tonto siempre le pasan 
 por encima los caballos.
  
 Creyó en lo que no tenía:
 un valor indemostrado,
 una mente prodigiosa,
 una fuerza  entre las manos.
  
 La suerte puso el espejo
 de su instinto equivocado:
 si lo que dices no es cierto
 vas a tener que pagarlo.
  
 Pensar, creer o decir
 que es bueno lo imaginado,
 puede ser un disparate
 como un sueño mal soñado.
  
 Vislumbró una patria nueva,
 una familia de hermanos,
 un camino de ilusiones,
 palabras de conjurados.
  
 Pasaron años y el tiempo
 le trajo los desengaños
 de quienes ponen el pan
 en boca del desdentado.
  
 Las mentiras no perdonan
 y más pronto que temprano
 te pasarán la minuta
 de tu sueño mal gastado.
  
 Empezó con alegría
 y el hombre se fue apagando,
 el camino de los tristes
 acaba en los establos.
  
 Si piensas la realidad,
 si vas sumando los actos,
 la cobardía te escribe
 la memoria del fracaso.
  
  
   
 

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