Soneto del doliente jazmín – día 295

 Si los días del año son otoño,
 las palabras del sueño te camelan,
 las columnas románicas se entelan
 y los curas se marchan a Logroño.
  
 El catastro celebra a su retoño
 cuando los moderados se congelan
 y descubren los juncos que recelan
 que la araña desciende de tu moño.
  
 Vaya un silbo castrato que estas hecho
 límite de furor y malva rosa
 en el confín doliente de tu llanto.
  
 Si el mármol se calienta en el estrecho
 vendrás con tu dolor que no se posa
 en las ramas airosas del acanto.                                            
  

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