
Siempre los otros son los que te definen. Puedes pensar lo que a ti te dé la gana. Si te ponen el traje de su desgana serás lo que esos taurinos determinen. No serás verdad, serás lo que alucinen con su pensamiento mágico de rana. Aunque protestes, tu queja será vana. Solo valdrá lo que ellos digan y opinen. Así que estarás vendido y atrapado, pantera con un corazón desbocado en la red maldiciente de su delirio. Sus ideas fijas serán tu martirio: crucificado por sus desidias anchas, arrastrado y muerto por sus avalanchas.