Vivir siempre en los inicios. En la emoción primera que brota, -agua fresca- de la mirada que estrena el mundo. Vivir siempre en los inicios, antes de que lleguen las plagas y los vertederos, las consignas y los inquisidores. Vivir siempre en los inicios. Mirarte, como la primera vez, -expectante, ilusionado- sintiendo cómo la suerte entra por los pulsos de mi cuerpo, por las fibras de mi alma. Vivir siempre en los inicios.