Poemas Talmúdicos 9 – día 253

 
 Dijo el talmúdico rabino de la buena suerte:
  
 Que tu alegría sea tan versátil
       como las golondrinas cazando insectos.
  
 Los insobornables puritanos 
       actúan como una piedra
 sobre el caparazón de una tortuga,
       añadiendo peso a los apesadumbrados.
  
 Veloz por la avenida nocturna
       de vuelta a casa después de una juerga,
 se agradece el silencio y la soledad,
       esas fórmulas de olvidar la vergüenza.
  
 El hombre no debería apuntalar a su fantasma.
 Ni gemir en medio de una noche de tormenta.
 Ni dolerse ante la audiencia de la sensibilidad.
 Ni in-sustanciarse para parecer humilde.
  
 Ser humilde no es humillarse. 

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