Poemas Talmúdicos 5 – día 249

 La verdad es un camino de ida y vuelta,
 por eso el rabino rabioso aconsejaba:
  
 Estar siempre en disposición de desprenderse;
 Que cuando se cierre una puerta y quedes en la calle, 
       aceptes tu destino de calle;
 Ama tu esquina, tu rincón de costumbre, 
       tu porción de lluvia y frío, tu intemperie;
 No dependas de la caridad del amo,
       al que siempre le falta una r para ser amor;
 Olvida el ego en cualquier estercolero 
       de las segundas oportunidades;
 No tengas miedo de convertir una sala de espera
       en una casa de paso, en un hogar de viento y marea,
       en un festín de jilgueros liberados entre cerezos;
 En general, no tengas miedo, domínalo antes de que te domine
       y te lleve a comer hostias consagradas
       a las fauces oscuras del túnel tabernario;
 Ten despierto tu deseo para las mujeres que te deseen;
 Entra en la autopista con la música dispuesta 
       para llegar a casa y dejar que el mundo siga
       su tarea sensible.
 Olvídate de mí. Yo siempre me desacredito para quienes
       se hacen ilusiones conmigo. 
   

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