Oración XL Dale Señor, todos los caprichos que te pida. Sus deseos desmedidos, sus gustos delirantes, sus ansias de placer, su desbordamiento. No importa que lleven un exceso de azúcar, más alcohol que una bodega, más resina de la que los pulmones puedan soportar. El nació para establecer un dominio, para mandar sobre su destino, para hacer su voluntad de líder consentido y, con sentido. Si quiere café de la digestión de la jineta, dale café. Si quiere agua micelar de las lágrimas de la beluga, dale los decilitros que te pida, Si quiere arena, dale desierto. ¿Que son para ti, las decadencias de un sátrapa? Nada y menos que nada. Y si la finalidad es que reviente, dale Señor, todos los caprichos que te pida.
Todos y más, así sea.
Muy agudas tus oraciones.
Salud Carme, la oración como una forma del poema me permite decir cosas desde otro punto de vista. Al final compondré un libro de oraciones.