ORACIÓN XXVI Señor, perdona mis pecados hasta hoy. Por favor, hagamos borrón y cuenta nueva. Son tantos los años y los pecados acumulados que no hay manera de poner orden en mi cabeza. Todos se me confunden. Los viejos, los nuevos pecados, los expiados, los perdonados, los olvidados, los que me siguen quemando la conciencia, los que aguardan para asaltarme en las noches de insomnio… Tal es la confusión y la angustia en la que vivo que necesito un alto en el camino para saber por dónde va el camino. Sumar pecados indistintos de intensidad y tiempo no genera más que insolvencia existencial. Ya no sé cuál es cual. Se me caen encima como un torrente de ollas. En este desorden, un pecador no puede ser un verdadero pecador. ¡Dios! Hagamos una puesta a punto. Volvamos a empezar con el contador a cero. Limpiemos el patio y construyamos un nuevo arrepentimiento sincero y limpio. Pecados no me van a faltar, desde luego, para empezar de nuevo.