La invención del amor – día 40

Vestida de pijama con puntillas doradas
Veloz como un erotismo desatado
Vestida de deseo en la tarde que declina
Veloz como un fuego de incendios alentados
Vestida con la piel del nácar escondido
Veloz en los pasillos de la música sin límites
Vestida de azul en las playas de la desnudez
Veloz en el ansia del cuerpo sin derrota
Vestida de silencios y horizontes y encajes
Veloz en el filo que nos corta la mano
Vestida por la luna que declina en otoño
Veloz en la materia insomne del jazz
Vestida en la alcoba de la llave de oro
Veloz en la mirada ceñida por mis sueños
Vestida de espumas, rumores y espejos
Veloz por los senderos del bosque y la nada
Vestida de la gracia del mar que amanece
Veloz en la sangre que se entrega en la lucha
Vestida de selva, abismo y milagro
Veloz en la danza del vientre y el demonio
Vestida de la paz del verbo que se oculta
Veloz en el delirio que enardece los sentidos
Vestida de mentiras que no engañan a nadie
Veloz en la fiebre del rapto enajenado
Vestida de un ajedrez que enroca la noche
Veloz en el océano del sexo y su ley
Vestida de mi en la luz de la sombra
Veloz en las ondas que nos cierran los ojos…

 
.




    
 


 
 
 

 
 



Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies