Venía pensando en los excesos de retórica en la poesía española cuando me encuentro con esta fórmula de Luis Buñuel para preparar un dry-martini: “Sobre el hielo bien duro echo unas cuantas gotas de vermouth Noilly-Prat y media cucharita de Angostura, lo agito bien y tiro el líquido, conservando el hielo que ha quedado levemente perfumado por los dos ingredientes. Sobre ese hielo vierto el gin puro, agito y sirvo. Esto es todo y resulta insuperable” Fantástico, me entran ganas de prepararme un dry martini aunque sea abstemio. A lo que iba pensando: la retórica es lo que se debe tirar después de perfumar el hielo de la poesía, para que quede el dry martini del poema esenciado, el relato prístino y fresco, la novela renovada e insuperable. Los grandes artistas, cuando hablan de una cosa, siempre te conectan con otras muchas.