Hay muchas cosas importantes en la vida que a mí no me importan nada. Hubo un tiempo en que intenté ponerme al día y seguir los pasos que me marcaban los inteligentes, los triunfadores del mundo. Ya no. Esta cultura colectiva en la que vivimos al dictado del beneficio económico, me importa un pimiento. El interés no me interesa nada. Los seres humanos nos hemos enfrascado en el conflicto. Todos los que lo promocionan o lo propagan, ensucian las aguas para decir que son peligrosas. Quieren dar miedo. La gente se acongoja y después llegan ellos con la solución. Y una mierda. Que se la coman ellos. Sus mierdas y sus soluciones. A mí, que me olviden. Ahora pasa una bandada de ánades en formación. Una punta de flecha que vibra lanzada hacia el horizonte. Esta contemplación es mucho más importante que todas las crisis patrióticas del mundo.