El emboscado – día 25

El emboscado
preserva la fe de la materia,
la visión del sol en los helechos,
el festejo callado de la alegría,
la almendra  sagrada
para los inviernos del alma.
 
Esconde su rostro
en los reflejos del ocaso
para no confundirse entre los rostros
que peregrinan
hacia la multitud gregaria
de la devoción insana.
 
Persigue la austeridad del pan,
la claridad del agua,
el recogimiento de la hoguera,
la vida al margen
de las políticas salvadoras,
de las consignas agónicas.
 






 



 
     
 
 
 

 
 


 

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