SONETO DE LA SUPERACIÓN Yo quisiera cantar, pero no puedo. Me aprisiona la voz esta tristeza que invade mi alma desde la bajeza de sentirme atrapado por el miedo. A mi alrededor crecen con denuedo las torpes dentelladas, la fiereza del mundo, la obstinada fortaleza del mal, la terca infamia con su enredo. No debo sin embargo protegerme con excusas, chupones de energía, ni sentirme ante el daño tan inerme. No quiero que el mal rinda mi porfía. Necesito bondad para ofrecerme dando siempre la cara y la alegría.
Los rostros del mundo
Los rostros del mundo (18) Soneto VII
SONETO DE LA PÉRDIDA Una postal de pétalos flotando, el río del recuerdo, fugaz sueño, atrás, santa memoria, ya sin dueño, el triste corazón, siempre danzando. El limón del amor contra mi pecho, los caprichos del tiempo, sus heridas, las palabras buscando, definidas, la oscura devoción y su derecho. La pérdida del cielo en su materia de laberintos sin luz ni consuelo, rostros sin compasión, arcilla seria. Huyendo del dolor, llorando el duelo, huraños perros locos en la feria buscando la salida a ras del suelo.
Los rostros del mundo (17) Soneto VI
SONETO DE LA CALMA Las mañanas del mar traen la calma. Navega la paz del mundo en mi mano. Desprende el corazón su brillo humano bajo el metal hendido de la palma. El abierto venero, luz del alma, cómplice nos integra en el arcano: ser en la contención como un espartano, no ser en la razón el que se ensalma. Las olas sucesivas, en la lenta armonía del agua y su cadencia, respiran el sosiego en movimiento. Vida y muerte en el mismo pensamiento, ser y no ser estando en mi presencia, señor en la verdad contra la afrenta.
Los rostros del mundo (16) Soneto V
SONETO OCULTO Andar por las montañas, y estar oculto Cogido de tu mano y estar perdido Batido por los vientos, y estar perdido Sin sombra y en las rocas y estar oculto ¿Quién conoce el secreto si estás oculto? ¿Entre la gran presencia si estás perdido? Nadie responde si todo está perdido Por las briznas de la luz y estar oculto La serenidad de la espera lo dice Toda la caridad cautiva en silencio Del mundo no se aprende lo que se dice Abreva el alma, un jaguar en el silencio, Dispone en el acto todo cuanto dice Y la voz primera acaba en el silencio.
Los rostros del mundo (15) Soneto IV
SONETO DE LA ESFINGE Las aceradas tardes tan esquivas, Los silencios quebrados tan en flor, La crédula materia sin calor, El sueño que traicionas y derivas. El recuerdo es el puerto donde estivas Melancólicas cárceles de amor, Féretros ambulantes sin valor, Decisiones ocultas o elusivas. Ya nada es como aquello que quisiste, La esfinge ya es el polvo del ocaso, La arena que se crea y que persiste En círculos que suman su fracaso. Vivir no puede ser lo que viviste. Morir es un patético traspaso.
Los rostros del mundo (14) Soneto III
SONETO DE LA BODA Que vengan los siglos si han de venir al paso del timbal y la trompeta que don Juan, en ausencia de Enriqueta, pasará de varón a consentir. Aunque sea difícil concebir, si el papa don Ramón nos lo decreta, don Juan se vestirá con etiqueta y el menda se pondrá con el decir. Sea pues, el bodorrio bien dispuesto, Juanito se presenta en la capilla, nuestro Pep con el clip en la solapa, Manolo con la cámara se ha puesto a grabarnos a todos y nos chilla y nos pide ser serios o nos capa.
Los rostros del mundo (13) Soneto II
SONETO DE LA SENSUALIDAD Feroz ladrón de néctares ajenos Furioso colibrí que vas libando La melaza que el sabio va dejando En la paz de los lugares amenos Naces en el mar de los sarracenos Donde el sol germinó de contrabando La piel del cuerpo fúlgido escalando Sensual inundación entre sus senos Ella va circulando por esquinas De lúbrica memoria en el cerebro, Morosidad de incendios, alma mía, El amor y la muerte eran vecinas En los cañaverales donde el Ebro Esconde del amor mi fantasía.
Los rostros del mundo (12) Soneto I
SONETO DE LO INAPRENSIBLE No pasan los años sin que no me acuerde: Las reverencias del mar entre las olas El silencio coral de las caracolas La raíz de la adelfa que no se muerde. No pasan los años sin que todo el sueño del cuerpo gentil por mano delicada venga a mis ansias y se diluya en nada y sufra el tormento de no tener dueño. El tiempo es el humo que se desvanece en el flujo de una nube vaporosa Inaprensible perfume que fenece Dejando el rastro de un rosedal sin rosa semejante a toda esa luz que parece imagen ideal de una cosa sin cosa.
Los rostros del mundo (11) Lo perdido
LO PERDIDO Todo huye, todo se va, el rostro, muda, los años no vuelven, la salud se escapa, el amor se pierde, el sueño no regresa, la belleza te olvida, el viento vira y la mirada cambia… En todo este tiempo se instala la astenia. Pobre Alfredo Incauto, no te hagas ilusiones y lo perdido dalo por perdido.
Los rostros del mundo (10) Versión
VERSIÓN ¿Alguna vez conociste la mejor versión de ti mismo?