
“A todos los que usan pájaros en sus poemas o describen el glauco irisado de los ánades” Glück! vaya un trago! pensé cuando le dieron el Nobel de Literatura a esta señora agropecuaria.
“A todos los que usan pájaros en sus poemas o describen el glauco irisado de los ánades” Glück! vaya un trago! pensé cuando le dieron el Nobel de Literatura a esta señora agropecuaria.
“No es realista negar a los surrealistas. Esa negación es un síntoma del subconsciente. Su afloramiento es una acción puramente surrealista” Fríos Santos García Según Pablo d’Ors detrás de la puerta surrealista se esconde una logomaquia de palabras sin sentido. Detrás de la puerta dorsiana hay una congregación silenciosa rezando un menú de palabras masticadas.
A Carlos Vitale ensulucha El gran misterio de Carlos Vitale es: ¿Cómo un poeta tan largo, escribe poemas tan cortos?
A todos los borgianoadictos Tanto he fatigado el libro de Borges que quien ha quedado hasta el tigre, soy yo.
A Juan López-Carrillo ensuhonestidad ¿Qué hacemos tú y yo, Graco, francotiradores sin poder, si los cuatro poetas que nos leen callan como putas que temen perder a sus clientes?
A Nicanor Parra, enlasombra. En el mundo hay muchas Parras con miles de hojas y pocas uvas.
Oh! Demorada Belleza, tu cuerpo respira como el caballo y el mar visitados por la luna, una fortaleza sin defensa pues su poder es evidente, un trigal movido por la brisa dulcísima de la primavera, un olor que fascina a la higuera del sueño, el capricho de una sonrisa en el mármol demorado de la caricia o la reverencia. Oh Belleza Lúcida, los dioses existen, pues solo los dioses pueden modelar la arcilla de tu cuerpo, el barro fino y delicado que dan a tu carne la textura de un pergamino indostánico con el poema de un río escrito en el bosque del deseo, ese ejército imparable que nos visita en las noches desnudas de lebreles, sin perros que la ladren ni sátiros que la desperecen. Oh Belleza Salutífera, soy tu guardián de anhelos, tu guerrero de asaltos. Los dioses existen, no tan solo porque tu belleza deslumbra mi alma llena de devociones; también porque ellos han propiciado que tu vengas a mí como un don para mis manos de piedra endurecida, para mi boca de sed y enjambre desatado.
Hay muchas cosas importantes en la vida que a mí no me importan nada. Hubo un tiempo en que intenté ponerme al día y seguir los pasos que me marcaban los inteligentes, los triunfadores del mundo. Ya no. Esta cultura colectiva en la que vivimos al dictado del beneficio económico, me importa un pimiento. El interés no me interesa nada. Los seres humanos nos hemos enfrascado en el conflicto. Todos los que lo promocionan o lo propagan, ensucian las aguas para decir que son peligrosas. Quieren dar miedo. La gente se acongoja y después llegan ellos con la solución. Y una mierda. Que se la coman ellos. Sus mierdas y sus soluciones. A mí, que me olviden. Ahora pasa una bandada de ánades en formación. Una punta de flecha que vibra lanzada hacia el horizonte. Esta contemplación es mucho más importante que todas las crisis patrióticas del mundo.
El mundo está lleno de gente peligrosa. Están los evidentes: delincuentes, asesinos, criminales, narcos, gentes del hampa etc… y sus correlatos de las fuerzas que los combaten. Los hueles y te vas. Agentes del orden y agentes del desorden. Personas armadas, con y sin permiso. Después están los que no son evidentes. Esos malignos disfrazados de los que el personal se exclama: ¡Si parecían tan buena gente, yo no me lo hubiera pensado nunca! Vecinos que viven cerca, con los que te cruzas en el bar, como esos idiotas moralistas que te enredan con sus bondades de palurdos, ancianitas con recortadas por miedo a ser violadas, serviciales mantenedores del gas que hacen la limpieza de las joyas familiares, lobos salidos, enfermos imaginarios, cocineros de cochambre que nos matan y aún así, les damos las gracias, vecinos que violan a sus hijas y son de tu equipo, turbios adolescentes a los que se les cruzan los cables, colgados paranoicos que te miran mal, tarados a los que se les rompe una vena, violadores solícitos como románticos antiguos, imbéciles que mandan, mandilones voluntarios, niños con patinete, perros sueltos, corazones automáticos, piratas de improviso, ratas sin cloaca, libres por las calles. Una caterva innumerable que da miedo, solo pensarlo. Los delincuentes se disfrazan porque saben que la apariencia de bondad es más afectiva que la bondad verdadera. Monjas terroristas, asaltantes de bancos, curas pederastas, reyes ladrones, médicos violadores, sastres que sisan, revolucionarios que matan a sus corre-legionarios, asesinos que se presentan como libertadores, hijos de dios que son como demonios desatados… en fin… que hay que tener cuidado, y como decía Gonzalo Suárez, un genio verdadero, si quieres ser un buen director, ponte la mascarilla.
La vida es un enredo. Está llena de mentiras, rollos, milongas sin fin. Todo el mundo se cree mejor de lo que es. Todo el mundo se cree que los tontos son los otros, que de todo lo malo que le pasa la culpa es de los otros. Todo el mundo se piensa que tiene un pensamiento propio, que toma decisiones libremente. Y todos me lo vienen a contar a mí. Por eso digo que no estoy por eso, procuro no estar nunca.