Autopista – día 179

  El día es de católica majestad
 en la autopista que borra
 las huellas de la caravana,
  
 tiene sorpresas de bullicios ordinarios,
 de hábitos perfectamente ejecutados,
 de cuarteados registros meticulosos
       en su pérgola de viento soleado,
  
 el mar intermitente te regala un velero,
 el túnel se calla como un río 
       herido por la ceguera,
 hay camellos que corren más que tú
       en esta procesión de murciélagos insomnes,
  
 no hay pérdida, no hay emoción, no hay vida,
 hay servidumbre, hay eficacia, hay coste,
  
 cuando lleguemos a la capital del mundo
 lo celebraremos comprando un traje nuevo
 para nuestro propio entierro,
  
 pagaremos el tributo del práctico y meticuloso
       gusano que nos orienta la vida, 
 hombres de muérdagos mudos.
        

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