LOS ABUELOS Descuartizando el tiempo de la melancolía en el balcón sublunar de la memoria, a punto de llorar hacia Lisboa, plural en el origen del óxido, el tiempo detenido en el marco de la leche, como si los estuviera viendo… los abuelos heredando el calor de los estíos, sentados en la barbacana, esperando la llegada de sus nietos, los soportales, la canción de la calle, el cañizo encalado, las vigas de madera oscura, el silencio, guardián de las estancias, eran dignos pero pobres, eran pobres, pero mutilados por la historia, eran historia, pero injusta. Los abuelos crecen hacia el retrato que nunca ostentaron, que jamás tuvieron. Mi abuela cantaba jotas en la calle: “Ballovar con sus dos perros Y su padre con el hurón Fueron a cazar conejos Y cogieron un ratón”.
Administración
Los rostros del mundo (285) País
PAÍS Venía conduciendo y escuchando la radio. Estaba sorprendido y emocionado oyendo una hermosa canción de amor de un grupo - Oques Grasses-, del que no tenía ni idea. De pronto el sonido se llena de grillos, chirridos, rasguños y dejo de escuchar la canción. Una emoción interrumpida. Un placer que se va a la mierda. Sigo conduciendo. Hablo por teléfono móvil y de pronto, caigo en un abismo de silencio, un hueco sin comunicación. Una ruptura de la conversación laboral importante. Un negocio echado a perder. Un estrés de mil demonios. Todo en menos de 10 kms. Tanto gasto en publicidad para vendernos la burra de que somos un país diferente y no somos capaces de mantener las líneas de comunicación limpias. Esto no es un país. Esto es un negocio de unos cuantos mentirosos.
Los rostros del mundo (284) Tiempo
TIEMPO Deja que todo sea Como el nombre olvidado de las cosas Deja que este afán se vaya Con el arrastre de las horas Nadie dirá nada De la muerte súbita de la rosa El desvarío se echa encima Como el peso de una losa Deja que todo sea Como el nombre sepultado de las cosas.
Los rostros del mundo (283) Teléfonos
TELÉFONOS R. M. pierde los teléfonos con facilidad. Contrata los nuevos con números diferentes. Alguien dijo que solo se pierde lo que se quiere perder. Aventuramos las siguientes hipótesis: 1.- llegados a la saturación de la agenda, ya no quiere conocer a nadie más. 2.- quiere borrar las huellas de lo que se es, para renacer y ser otra. 3.- para que no la encuentren aquellos a los que no he sabido despedir. J. que es marxista me dice: “cambia de teléfono porque tiene dinero, si fuera pobre no lo perdería”. P. que es un tanto mística me dice: “perderse es una forma de encontrarse”. H. que es asistenta social dice: “huye del marido”. E. que es analista político, comenta: “por ese camino de la renuncia, despista al enemigo” R. que pasaba por allí, sentencia: “Está atrapada entre querer y no querer” Yo pienso que tiene el sueño de la libertad y que no acaba de despertar.
Los rostros del mundo (282) El papamoscas
EL PAPAMOSCAS Un tipo muy concentrado con “algo” que le revolotea alrededor. Junta las manos con la rapidez del rayo, las abre y ha cogido un elefante. Su mujer le recrimina que esté todo el día atrapando moscas al vuelo: “¡qué asco, qué inútil” le grita: “¡vete a buscar un trabajo!” El sigue a lo suyo con una resignación de víctima matrimonial. Con parsimonia, cuidando de que no se le escape, vuelve a abrir las manos y deja salir un ave del paraíso.
Los rostros del mundo (281) Paisaje
PAISAJE Hace frío. Luce el sol. El almendro no espera La primavera Para florecer.
Los rostros del mundo (280) Epigrama 11
EPIGRAMA 11 Leerte es como andar Por cansada vereda Palabras que no te abren Palabras que te cierran Versiones con amargas Visiones que se estrechan Bobadas y bastiones De batallas y guerras Coleópteros furtivos De nubes que te cercan Peligros de la nada Blandos como la cera Pretenden el fulgor Y solo son ideas Cenizas que no suman Infértiles maneras De insignes sobredosis De pérfidas soberbias Naderías del sueño Vagando por esferas, Ojos que nada ven Vacías calaveras Perdidas en las noches De efímeras veletas; Nada que nos eleve Sumidos en mantecas Signos que no respiran Nada que nos mantenga En lugares sagrados Hijos de las estrellas Rincones del amor Lares de la belleza Pérfidos y perdidos Entre signos, malezas, Rumbos, rayos erráticos, Desiertos y quimeras, Sentidos de las bocas Que apresan a sus presas Que ignoran sus palabras Que ignoran su nobleza Caminos de la vida Fertilidades ciertas Si el libro ha de ser libre Abran todas las puertas.
Los rostros del mundo (279) Epigrama 6
EPIGRAMA 6 Bajó al cuarto de las luces y se le fundieron los plomos; de listo pasó a tonto solo por cambiar de nivel.
Los rostros del mundo (278) Epigrama 9
EPIGRAMA 9 Se dibuja la estirpe familiar detrás de la impecable, limpia y pulcra fachada deportiva. Tu estilo de llevar los palitroques del aseado golf no difiere en nada de cómo tus abuelos llevaban los palos de arrear berracos.
Los rostros del mundo (277) Epigrama 8
EPIGRAMA 8 Me han atracado más veces los delincuentes “legales” que los ilegales. Si me guardo de los segundos, más me quiero guardar de los primeros. De los segundos basta con evitar sus calles. De los primeros no hay isla remota en la que esconderse.