Los rostros del mundo (158) En el inicio

EN EL INICIO

¿Sabe este intrépido
que al inicio del universo
la materia estaba formada
por quarks, leptones y gluones,
un particular elenco
de partículas subatómicas
que, con el tiempo, 
formarían átomos…

o tal vez piensa
que ya estaba allí
el inicio de su cara bonita,
el deslumbrante guaperas,
el ligón aprovechado
de su fuego interior?

Los rostros del mundo (157) Cruces

CRUCES

Por la tarde,
cuando iba a ver a mi madre
a su residencia de Reus,
cruzó una paloma
volando delante
de mi coche,

a la noche
de vuelta a casa,
se cruzó a ras de suelo
una rata,

la paloma
me inspiró la superstición
de ser un elegido,
algo bueno para mi vida,

la rata no me inspiró nada,
era el reverso 
de la primera superstición,

si aceptaba una 
debía aceptar la otra,
así que deje lo bueno
para no coger lo malo.

Palomas y ratas,
ya podéis repartir 
la buena y la mala suerte
por el mundo ancho y ajeno,
yo voy a trabajarme la mía.

Los rostros del mundo (155) Navegaciones

NAVEGACIONES

Nací mujer y me hice hombre.
Nací hombre y me hice mujer.
Navegaciones humanas.
Insomnes inviernos de besos fríos
      bajo el signo del rostro marcado.
Buscadores de felicidad
      por tierras de tribus 
de piedras morales atadas a sus dogmas.

Peligro de desatar tormentas de fuego enfermo,
      tormentas de llanto y cal.
Navegaciones humanas. 
Peligro de monstruos que surgen 
      de las profundidades sepulcrales.

Se sabe de ángeles que se hicieron demonios,
No se sabe de demonios que se hicieran ángeles.

Seremos mortales, pero somos libres.

Los rostros del mundo (154) Caracteres VII

CARACTERES VII

Reduce su vida 
      a un momento de ingenio,

supedita todo
      -inteligencia, afecto, relaciones-
a quedar bien, a ser gracioso, 
      divertido, amable, social,

todo por ser aceptado,

que nadie diga 
      una mala palabra sobre él,

corre un riesgo patético:
el día que no dé de comer al lagarto,
el lagarto le comerá el dedo, 
      los dedos, la mano…

Los rostros del mundo (153) Soneto de las pasiones

SONETO DE LAS PASIONES 

Ni tú ni nadie sabe si tú tienes
felices o falaces relaciones,
el rapto del amor pone sus dones
al servicio del cuerpo cuando vienes.

La fuerza no se ciega. Si tus sienes
blanquean la razón de tus razones, 
veras que la canción de tus pasiones
rubrica con valor lo que sostienes.

Incógnita y veneno en la mirada,
puñales de infinitas negaciones,
el mundo te seduce con su nada.

Confundes el color de tus versiones
con la sangre rebelde y acallada
que toma sus convulsas decisiones.

Los rostros del mundo (151) La nostalgia

   LA NOSTALGIA

La nostalgia trae de nuevo a sus caballos
      como primos alejados por los trenes turbios.
Es su propósito asomarse a las barbacanas
      donde las abuelas reciben con sus canciones 
a las golondrinas exiliadas de sus nidos.

Nosotros éramos como parientes polacos,
      esculpidos por necesidades milagrosas, 
subyugados a los raíles y a las quimeras,
      presos del porvenir y la esperanza del mar,
a punto de perder las coordenadas del mundo.

De aquella ignorancia de maestros ratoneros
      llegamos a esta exigencia de lo inexistente.
Así el amor se inventa a sus amantes heroicos.
Así la nostalgia nos puebla de efímeros sueños.

Los rostros del mundo (150) Teresa

    TERESA

Ella está muerta.
Estuve en el tanatorio.
Vi a sus deudos compungidos.
Yo estuve al borde de la desolación,
      mirándola de frente,
apesadumbrado por la dureza de lo inapelable.
Lo inapelable como una espesa sentencia
      de polvo y ceniza sobre mi cabeza.

Han pasado algunos meses.
De pronto siento 
 ¡Qué extraña certeza!
      que puedo llamarla
y quedar a tomar
      un café yo
      una coca-cola ella,
fumando, recordando su infancia,
haciendo un comentario sobre 
      el cinismo de la política,
algo sentido y sencillo de la vida doméstica,
      la compra del pan o los gatos de la vecina,
poniendo toda su buena voluntad
      en resolver mis problemas con la informática.

Llamarla,  
      como si fuera imposible
que esté muerta.
Llamarla 
      como si fuera a contestarme
con su voz reposada,
con ese afecto, con esa serenidad, con ese humor
de la que el mundo está tan huérfano.

Necesito unos segundos para recomponerme
y asumir que está muerta
y nunca más, aunque lo parezca,
me contestará al teléfono.

Los rostros del mundo (149) Soneto del mal

    
SONETO DEL MAL 

El mal tiene sus tiempos, sus razones,
Sus fúlgidos relámpagos de fuego
Sus cartas de tahúr, su falso juego,
El frío de sus propias decisiones.

Domina el entramado de los clones
Replica con afán su rumbo ciego
No repara en cargar con miedo al ego
Ni dar pólvora a las instituciones.

Yo siento que me cerca con sus voces
Reptiles de mordaces prelaturas;
Que me alcanza y me muerde los talones

Con sus dientes de méritos feroces,
Que me enseña sus simas de locuras
Para que escriba el guion de sus ficciones.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies