EL BUSCAVIDAS 8 El alcaide se acercó al recluso y con mala fe le dijo: “en cierto sentido ya eres un hombre libre, se ha divorciado de ti” Él estaba en prisión por haber robado para ella. Tal era su amor enajenado que no dudó en cometer varios hurtos para darle los gustos que él pensaba que ella quería. Se suicidó y al fin quedó libre del todo. El amor era su cárcel verdadera.
Administración
Los rostros del mundo (245) El Buscavidas 7
EL BUSCAVIDAS 7 ¿Y si un día apareciera el dueño del mundo y me nombrara y me dijera: eres mi invitado, la tierra es tuya, toma lo que quieras? Te aseguro: No iría más allá de ti.
Los rostros del mundo (244) El Buscavidas 6
EL BUSCAVIDAS 6 Amo la madera madre, la que deviene en fuego y arde. Él dijo: Amo el brillo de tu mirada. En tus ojos se concentra el impulso de mi sangre encendida. Ella dijo: Amo el fuego de tus ojos. Soy la madera para el incendio insondable de los encuentros.
Los rostros del mundo (243) El Buscavidas 5
EL BUSCAVIDAS 5 - ¿Puedes vivir sin amor? - Sí, pero no quiero vivir sin ti.
Los rostros del mundo (242) Jockey
JOCKEY Me caí del caballo y el caballo continuó corriendo y el caballo superó todos los obstáculos y el caballo llegó el primero y el caballo ganó la carrera por una cabeza de caballo. Fue tan protagonista el caballo que tardaron horas en venir a buscarme, tirado allí en el seto con la pierna rota y el alma huyendo del infortunio. Antes de caerme me dio tiempo a decirle a la oreja del caballo: “ve y gana” y el caballo obedeció mi orden y ganó. Inmóvil, en la soledad de mi dolor, olvidado del mundo, sentí que me desligaba de toda obligación, de todo compromiso y entraba, casi sin darme cuenta, en un nirvana, en una revelación, en un estado de conciencia más lúcido, en una ingravidez, en un control de mí mismo extraordinario. Dejé que el caballo volara y yo volé con él.
Los rostros del mundo (241) Migrante
MIGRANTE Trajo sus papeles en regla y sus intenciones renovadas. Pretendía darle la vuelta a su vida demacrada por las deficiencias. La ley le asistía y la razón formal de los recursos invertidos deberían haberle abierto las puertas de la estabilidad personal. Pero un trabajo es una moral, y el hombre creyó en las promesas y calló lo que no le convenía saber y cayó y cayó y cayó en la pobreza y el desahucio. Desertó de la desertización y vino a desaparecer a este desierto, lugar sin raíces, inhóspito, desafecto. El destino mira los papeles y el viento se los lleva a la basura.
Los rostros del mundo (240) Bufón
BUFÓN Detrás de la aparente locura, de la transgresión programada, de la estudiada versión del teatro, está el rapto de la extravagancia, el arrebato del ofendido, el resentimiento y el ingenio del hombre inteligente que vive de la caridad del bobo, la verdad dicha con el descaro del gran bufón, el invicto que no teme a la muerte.
Los rostros del mundo (239) Lumpen
LUMPEN Que dios me de cuatro sardinas para comer dentro la mina y no me quite las alpargatas para llegar hasta mi casa donde me espera lo que más quiero la mi miseria de mi destierro.
Los rostros del mundo (238) Muertos vivientes
MUERTOS VIVIENTES Todos los muertos que no he enterrado me esperan a la vuelta de la esquina. Se acercan silenciosos a decirme que fui un egoísta, que no atendí a sus expectativas, a sus sufrimientos, que no luché lo suficiente, que los dejé en la estacada. Tienen los rostros cerrados. Están en esa espera demorada de las preguntas que no se contestan. Todo en el aire, como ese trapecista que no sabe si se va a encontrar una mano que lo recoja o una ausencia infinita.