EPIGRAMA 10
No vino ningún amigo tuyo
al sepelio.
Tal vez porque están todos muertos.
Tal vez porque no tienes amigos
que llevar a tu propio entierro;
así que,
a tu soledad de muerto definitivo
hay que sumar tu soledad
de abandonado en la vida.
Los presentes, entre los que me hallo,
vinimos a testimoniar
que no levantaras la tapa del ataúd.
EPIGRAMA 7
Pulcrísimo odontólogo chileno
dilata tu pupila y te confirma
que cumplir los cincuenta tiene un precio:
dentro del más feliz de los ocasos
se gana lucidez, se pierde vista;
en tu caso, de escasas luces pasas
a cegatón perdido, necio absoluto.
SÍ ES SÍ
Sí es sí.
No es no.
Quede claro.
Pero, a veces,
el no, es sí,
y el sí, es no.
O, acaso,
¿todo el mundo
vive en la pureza
y nadie entra y sale
de las contradicciones,
las ambigüedades,
las incertidumbres,
los laberintos,
los despropósitos.
las órbitas demenciales,
las indecisiones,
las miradas perdidas,
los corazones robados,
los actos cretinos,
los deslices suculentos,
las confusiones estrictas,
las manos decantadas,
las metonimias del fuego,
las verdades cerriles,
las percepciones ilusas,
las ilusiones celestes,
las flemáticas maneras,
las hoces envolventes,
las restricciones morales,
el simplismo hético,
las ausencias de rigor,
los vericuetos del alma,
las manzanas podridas,
el tabaco fraudulento,
la rosa colérica,
el narcisismo bélico,
las sogas del sueño,
los crepúsculos inversos,
la gloria del reino,
la función fática,
el pan seco,
el lobo hambriento,
el ser en esencia?
Importa a la humanidad
contestar estas preguntas:
¿Siempre existirán ricos y pobres?
¿Podemos vivir sin violencia?
Todo lo demás es diletantismo,
publicidad y autocomplacencia.
CANCIONES DEL TIMONEL 2
Que me salve el viento
Que me diga el mar
Las palabras justas
Para navegar
Navegar contigo
Aguas de verdad
Capitán velero
Que desprecia el mal.
CANCIONES DEL TIMONEL 1
Me importas con el fervor
que despierta mi deseo,
me importas por tu mirada
me importas por tu misterio,
que el amor brota de pronto
como una fuente sin dueño
que arrebata el corazón
y me roba el pensamiento
y no es de juicio decirlo
que ya llegará su tiempo
que las riquezas de amor
se gozan en el secreto.
RAP DE LA REVANCHA
A qué juegas
con tus armas oxidadas
con tu mirada tan mansa
con tus palabras cansadas
con tu mente inmaculada
con tu folklore de pana
con tus arrullos de cama
qué pretendes desalmada.
Qué buscas
con tus huestes, con tus hachas,
con tus famélicas ansias
con tus banderas baratas
con tus sangres derrotadas
con tus manos decoradas
por unas guerras sin ganas
qué pretendes descarada.
A qué juegas
con tus caritas de mala
que cautivan a la nada
con rutinas de lavanda
abriéndose en la mañana
con tu boquita pintada
comiéndote una manzana
qué pretendes mentolada.
Qué buscas
con el color de tus mantas
con la luz de las persianas
con tu cara declinada
con tu voz anestesiada
con tus ansias coloradas
con tus estrechas baladas
qué pretendes, coronada.
A qué juegas
con la canción de tus mantras
con tu música callada
con tus caritas de dama
con tus recuerdos sin alma
con tus lacitos de lana
y con tus cuentos de hadas
que pretendes confiada.
Qué pretendes
en los tiempos de derrotas
con las flechas sin demora
tras el traje de la trova
y los sueños que te roban
qué pretendes, manipuladora
A qué juegas, qué buscas, qué pretendes
niña de celofán y melodía
de la verdad y la mentira.
EL CABALLO
El caballo le dijo a la yegua:
detrás de ti,
el mundo se ve de otra manera,
se abre el horizonte,
mi corazón se acelera,
la espada del relincho
acerca la luna a la extraña quimera
de ser, perfectamente,
una esfinge de silencio,
una esfera.
El caballo le dijo a la yegua:
detrás de ti
el mundo se ve de otra manera.
EL BUSCAVIDAS 17
Y tú ¿cuándo te vas?
¿Cuándo serás consciente
de las adormideras
que caldean tu insuficiencia?
¿Cuándo despertarás
del letargo que llora
los años de tu inercia?
¿Cuándo darás respuesta
al imantado afán
que tira de tu sombra
hacia otras latitudes?
¿No ves acaso tú
la línea fatal
de horizonte desnudo
que abarca la mirada
de mandrágora oscura
que tira de tus huesos?
Arrumbado en silencios
de materias perplejas
¿no sientes el rumor,
la brisa delatora
que te llama insistiendo
que tu misión ya está
fuera de este lugar?
Marchar, irte, perderse,
aparecer en otros
pueblos, con otras gentes,
ciudades tan remotas
como ajenas al mar,
ciudades reverentes,
calles a medianoche,
otros escaparates,
casas, cines, teatros,
comercios, oficinas,
otras cafeterías,
espacios de invención
para este yo caduco
que necesita ahora
volver a reinventarse.
EL BUSCAVIDAS 16
¿Y si entrara en una nube
y cayera sobre ti
como una fina lluvia de verano?
Sería como un dios antiguo
que solo quiere
vivir en la belleza.
EL BUSCAVIDAS 15
Él le dijo:
“Volveré. No podría vivir sin ti”
Ella le dijo:
“Te esperaré. Estás en mí para siempre”
Un azar los unió
y un azar los separó.
Transcurridos diez años,
náufragos de sí mismos,
entrando en el mar de la nostalgia,
él recordaba con melancolía
los días de playa y amor en la arena,
ella no tenía otro tiempo
que no fuera para atender a sus dos hijos.
“Todo se pierde” pensó él.
“Nada se gana” pensó ella.
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