Para evitar las malas cosechas se aconsejan estos proverbios de la experiencia neolítica: No entierres ningún animal doméstico en la tierra preparada para la siembra; No cerques tus tierras con higueras, reserva una para dar sombra a tu casa; Recibe los rubís de los granados a la orilla de los caminos; No te prives del agua, tu eres tu propia cosecha; Haz trabajar a tus demonios a favor de tus promesas incumplidas; Restituye y conserva las semillas, ellas son el don irrenunciable. Otros añaden: Quienes no cuiden su propia tierra no comerán en los malos tiempos.