Poemas Policíacos 2 – día 232

 El eterno retorno
  
 La ciencia vive de la repetición.
 La medicina sabe qué es un hígado
 porque todos los hígados son iguales.
 Sus diferencias no importan. 
 Una silla es una silla aunque se vista 
       de mil diseños diferentes.
 Esto me recuerda a Platón.
  
 Los asesinos en serie 
       son como los pescadores serios:
 vuelven a sus caladeros rentables.
 Improvisan lo justo para seguir 
        llenando sus redes con buenas capturas,
 víctimas nuevas, nuevos cadáveres.
  
 A Sebastián lo cogimos en un acto 
 de crimen reiterado. Ningún diario
 publicó ninguna noticia. Carmela
 disfrazada se paseaba a contra luz
 por la casa. Al verla, Sebastián 
 pensó que tal vez no la había matado.
 Volvió al lugar del crimen y allí
 nos encontró preparados para arrestarlo.
  
 No es un tópico. Es verdad, los asesinos 
 siempre vuelven al lugar del crimen.
 Tienen una vida cíclica, como las estaciones,
 como las cosechas y su eterno retorno.
 Vuelven para caer. Tal vez lo deseen.
  
   

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