Los signos del cuervo – día 56

Si el cuervo quiere volar,
ponte presto a cabalgar.
 
Si el cuervo vuela por lo alto,
toma el castillo al asalto.
 
Y si el cuervo vuela raso,
no retrocedas ni un paso.
 
Si grazna el cuervo y no calla,
entra fiero en la batalla.
 
Si ves cuervo sobre cuerva,
tendrás una lucha acerva.
 
Si el cuervo estira la pata,
tendrás una guerra ingrata.
 
Si grazna desesperado,
no te pongas de su lado.
 
Si notas que se hace el muerto,
tú te haces el inexperto.
 
Si el cuervo duda en su vuelo,
tú te tumbas plano en el suelo.
 
Y si remonta muy crecido,
¡a degüello decidido!
 
Si se posa en una roca,
usar la ballesta toca.
 
Y si lo hace en peñas altas,
te cazarán si no saltas.
 
Si el cuervo entra en laberinto,
sufrirás por ser distinto.
 
Si el cuervo sale de la nada,
atizónate la espada.
 
Si el cuervo va por el frío,
despójate como un río.
 
Si el cuervo grazna su ciencia,
adquiere paz y paciencia.
 
No pierdas nunca ocasión
de ver los signos del cuervo,
tienen la sombra del cielo
y el brillo de sus secretos.
 
El cuervo siempre sabe
verdades que ignoramos,
el agua de los sueños
que escapa de las manos.
     
                  



 




      

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