La pregunta es: ¿por qué los pobres votan al partido de los ricos? Porque nadie quiere ser pobre. Porque los pobres envidian a los ricos. Porque entre el palo y el palio prefieren ir confesados. Porque no saben llevar la contraria. Por miedo. Por adulación. Para que les caigan las bendiciones que hicieron de algunos humanos hombres ricos. Porque se conforman. Porque la montaña es tan grande que dan ganas de echarse a dormir. Porque los pobres odian ser pobres y admiran y desean ser ricos. Porque les basta con el sueño de ser ricos. ¿Por qué un pobre va a confiar en un pobre si quiere salir de la miseria y ser rico? ¿tendrá que confiar en un rico para que le muestre el camino…o qué? Porque la pobreza también se hereda, como la riqueza. Por inercia histórica. Porque los que luchan contra la injusticia social, acaban en la cárcel o asesinados. Por vivir escarmentados. Porque siempre ha habido pobreza y siempre la habrá. Porque ser pobre es ser imitador de Cristo, digno del cielo. Porque vivimos en la mentira y la traición. Porque no se fía del que quiere redimirlo de la pobreza. Es otro aprovechado más de los muchísimos aprovechados que pueblan la tierra Porque los pobres son una multitud a la espera de una lucidez que, tal vez, no venga nunca si no se busca, si no se trabaja. Porque ser pobre es una santidad. Los comensales de la mesa redonda se levantaron con el convencimiento de haber hecho una pregunta importante, pero -siempre hay un pero en la vida del hombre- que no se había acertado con la respuesta clarificadora.