Los rostros del mundo (285) País

PAÍS

Venía conduciendo y escuchando la radio.
Estaba sorprendido y emocionado oyendo
una hermosa canción de amor
de un grupo - Oques Grasses-, del que no tenía ni idea.
De pronto el sonido se llena de grillos, chirridos,
rasguños y dejo de escuchar la canción.
Una emoción interrumpida.
Un placer que se va a la mierda.

Sigo conduciendo.
Hablo por teléfono móvil y de pronto,
caigo en un abismo de silencio,
un hueco sin comunicación. Una ruptura
de la conversación laboral importante.
Un negocio echado a perder.
Un estrés de mil demonios.

Todo en menos de 10 kms.

Tanto gasto en publicidad 
para vendernos la burra
de que somos un país diferente
y no somos capaces de mantener 
las líneas de comunicación limpias.
 
Esto no es un país.
Esto es un negocio de unos cuantos mentirosos.

Los rostros del mundo (283) Teléfonos

TELÉFONOS

R. M. pierde los teléfonos con facilidad.
Contrata los nuevos con números diferentes.
Alguien dijo que solo se pierde
      lo que se quiere perder.

Aventuramos las siguientes hipótesis:
1.- llegados a la saturación de la agenda, 
      ya no quiere conocer a nadie más.
2.- quiere borrar las huellas de lo que se es,
       para renacer y ser otra.
3.- para que no la encuentren aquellos
      a los que no he sabido despedir.

J. que es marxista me dice:
“cambia de teléfono porque tiene dinero,
  si fuera pobre no lo perdería”.

P. que es un tanto mística me dice:
“perderse es una forma de encontrarse”.

H. que es asistenta social dice:
“huye del marido”.

E. que es analista político, comenta:
“por ese camino de la renuncia, despista al enemigo”

R. que pasaba por allí, sentencia:
“Está atrapada entre querer y no querer”

Yo pienso que tiene el sueño de la libertad
y que no acaba de despertar.

Los rostros del mundo (282) El papamoscas

EL PAPAMOSCAS

Un tipo muy concentrado con “algo”
que le revolotea alrededor.
Junta las manos con la rapidez del rayo,
las abre y ha cogido un elefante.
Su mujer le recrimina que esté todo el día
atrapando moscas al vuelo:
“¡qué asco, qué inútil”
le grita:
“¡vete a buscar un trabajo!”
El sigue a lo suyo con una resignación
de víctima matrimonial.

Con parsimonia, cuidando
de que no se le escape,
vuelve a abrir las manos
y deja salir un ave del paraíso.

Los rostros del mundo (280) Epigrama 11

EPIGRAMA 11

Leerte es como andar
Por cansada vereda
Palabras que no te abren
Palabras que te cierran
Versiones con amargas
Visiones que se estrechan
Bobadas y bastiones
De batallas y guerras
Coleópteros furtivos
De nubes que te cercan
Peligros de la nada
Blandos como la cera
Pretenden el fulgor
Y solo son ideas
Cenizas que no suman
Infértiles maneras
De insignes sobredosis
De pérfidas soberbias
Naderías del sueño
Vagando por esferas,
Ojos que nada ven
Vacías calaveras
Perdidas en las noches
De efímeras veletas;

Nada que nos eleve
Sumidos en mantecas
Signos que no respiran
Nada que nos mantenga
En lugares sagrados
Hijos de las estrellas
Rincones del amor
Lares de la belleza
Pérfidos y perdidos
Entre signos, malezas,
Rumbos, rayos erráticos,
Desiertos y quimeras,
Sentidos de las bocas
Que apresan a sus presas
Que ignoran sus palabras
Que ignoran su nobleza
Caminos de la vida
Fertilidades ciertas
Si el libro ha de ser libre
Abran todas las puertas.

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