ORACIÓN LVI Nombrarte Señor, elevarte, me convierte en hombre humilde, sumiso a la realidad inapelable del mundo, dócil al trabajo y al sufrimiento, devoto de ti y la familia y la tribu y la nación pasante pasatista, servil, acogotado, cobarde, pero a su vez, por reacción al aplastamiento, me transformo en insumiso, intrépido, radical, asaltante, sagaz. A ti te debo mi valentía, Señor, y a esa esclavitud, mi libertad.
Mes: febrero 2023
Los rostros del mundo (294) Oración LV
ORACIÓN LV Si a nadie le interesa lo que escribo ¿para qué escribo, Señor? ¡Por qué siento que la escritura fluye como la sangre de la que vivo! ¿Me acabo de exclamar? Quizás escriba para exclamarme.
Los rostros del mundo (293) Oración LIV
ORACIÓN LIV Señor Dios que vives y reinas en el cielo de una imaginación heredada, no hace falta que bajes a arreglarme el pinchazo, pero, ¿podrías hacer que la fábrica de cretinos cerrara aunque fuera por una generación nueva ya que el mal hecho, ya está hecho?
Los rostros del mundo (292) Oración LIII
ORACIÓN LIII ¿Sabes? Señor, me he comprado un huerto, una finquita que estaba infértil y abandonada. Pagué por ella los ahorros de un plan de pensiones. Una vez jubilado, ¿qué hacer? Y sin saber cómo ni cuándo, sin ninguna voluntad ni querencia he acabado comprando, un “troç de terra” como dicen en mi país. Una hectárea en medio del Camp de Tarragona. Todavía no me explico cómo he acabado aquí y menos cómo he seguido gastando dinero arreglando una cabaña, un pozo y una balsa que estaban sucios, inoperantes, degradados. A ciertas horas y a ciertos días, según sople el viento, viene un persistente olor de la cercana granja de cerdos. He tomado una decisión más inconsciente que conscientemente. Así es. Una fuerza que ignoro me ha traído hasta aquí. ¿Eres tú, Señor esa fuerza? ¿Eres tú quien quiere que trabaje esta infertilidad? ¿Eres tú que pretendes que haya una transformación de la tierra? ¿Acaso la tierra soy yo?
Los rostros del mundo (291) Oración LII
ORACIÓN LII ¿Cómo estás Jesús, cómo te va? Después de tu muerte por crucifixión oímos decir que al tercer día resucitaste y que estás sentado a la diestra del Padre, ¿sentado? ¿cuánto tiempo llevas sentado sin que sepamos nada de ti en tiempo presente? Todo en ti remite al tiempo remoto. Tu mito sigue emocionándonos aunque empieza a tener la pátina de una vieja película de Hollywood, tan antigua que el chicle que empezamos mascando al inicio, empieza a perder su sabor a menta. Por aquí, ya ves, jugando a ser libre, escribiendo, o perdiendo el tiempo tirando piedras planas contra la superficie del agua indiferente del lago o la perdición.
Los rostros del mundo (290) El buscavidas 21
EL BUSCAVIDAS 21 Él dijo: “Todas las cosas las hago pensando en ti. Todos los actos de salvación los hago pensando en ti. Todas las mentiras, todas las traiciones, las hago pensando en ti. Los raptos, las conducciones, las compras, los cameos, las cenas, los recursos, las canciones, los diseños, las plantaciones, los rosales, los alimentos. Todo cuanto emprendo lo hago pensando en ti.
Los rostros del mundo (289) El buscavidas 20
EL BUSCAVIDAS 20 “El castellano, -dijo- distingue entre: un hombre de palabra y un hombre de palabras. El hombre de palabra es honesto, honorable se puede confiar en él. Una palabra no traiciona. El hombre de palabras es un embaucador, un prestidigitador de los sentidos, un falsario. Las muchas palabras traicionan” El poeta contestó: “Las palabras se multiplican en mi boca buscando la precisión del sentido. No se puede entrar en el núcleo íntimo de la verdad ciega sin ir tanteando con las palabras la pared de la vida” El amigo le repuso: “Los taoístas decían que el mal del mundo deviene por el exceso de palabras”
Los rostros del mundo (288) El buscavidas 19
EL BUSCAVIDAS 19 Dijo: “Las cosas que más amamos son necesarias para vivir” Dijo: “Sin las cosas que más amamos viviríamos sin ganas” Dijo: “Vivir sin ganas es una forma de empezar a morir” Dijo: “Antes de morir, mataría por las cosas que más amamos”.
Los rostros del mundo (287) El buscavidas 18
EL BUSCAVIDAS 18 -Dijo: Yo siempre estoy dispuesto para una reyerta de amor, para un asalto nocturno, para una exigencia delictiva, para un crimen pasional. -Le dijo: Yo siempre estoy rendido para que una diosa como tú me mande cualquier sacrificio. Después de conocerte yo ya no tengo otra misión en la vida que satisfacer tu deseo, sea el que sea, sea donde tú quieras.
Los rostros del mundo (286) Los abuelos
LOS ABUELOS Descuartizando el tiempo de la melancolía en el balcón sublunar de la memoria, a punto de llorar hacia Lisboa, plural en el origen del óxido, el tiempo detenido en el marco de la leche, como si los estuviera viendo… los abuelos heredando el calor de los estíos, sentados en la barbacana, esperando la llegada de sus nietos, los soportales, la canción de la calle, el cañizo encalado, las vigas de madera oscura, el silencio, guardián de las estancias, eran dignos pero pobres, eran pobres, pero mutilados por la historia, eran historia, pero injusta. Los abuelos crecen hacia el retrato que nunca ostentaron, que jamás tuvieron. Mi abuela cantaba jotas en la calle: “Ballovar con sus dos perros Y su padre con el hurón Fueron a cazar conejos Y cogieron un ratón”.