EL BUSCAVIDAS 15 Él le dijo: “Volveré. No podría vivir sin ti” Ella le dijo: “Te esperaré. Estás en mí para siempre” Un azar los unió y un azar los separó. Transcurridos diez años, náufragos de sí mismos, entrando en el mar de la nostalgia, él recordaba con melancolía los días de playa y amor en la arena, ella no tenía otro tiempo que no fuera para atender a sus dos hijos. “Todo se pierde” pensó él. “Nada se gana” pensó ella.
Mes: enero 2023
Los rostros del mundo (266) El buscavidas 14
EL BUSCAVIDAS 14 Todos los muertos que no he enterrado, me esperan a la vuelta de la esquina y se me agarran a la garganta. - “Hola viejo egoísta, ¿sigues tu camino inmerecido, sigues sin atender otras debilidades que no sean las tuyas?”. Los espectros hablan poco pero dicen lo que quieren decir: reproches que se quedaron atorando la fluidez de la vida, la líquida felicidad de este mundo.
Los rostros del mundo (265) Víctimas
VÍCTIMAS La primera víctima del imbécil es el imbécil. La primera víctima del resentido es el resentido. La primera víctima del envidioso es el envidioso. La primera víctima del maldiciente es el maldiciente. La primera víctima de la víctima es la víctima.
Los rostros del mundo (264) Casas abandonadas
CASAS ABANDONADAS Un desalojo de quimeras. Un abandono de ilusiones. Un olvido blanco. Una muerte de kamikace. ¿A dónde se han ido las personas que vivieron en estas casas? Los almendros viejos y arrugados conservan almendras en las altas ramas desnudas. Se hace difícil pensar que estas tierras de abandono y pedregal pudieron dar sustento a las familias. Las contemplas y se te encoge el alma.
Los rostros del mundo (263) Invierno
INVIERNO El invierno desnuda al árbol y delata la casa del pájaro primaveral.
Los rostros del mundo (262) Silencio
SILENCIO Callo, pero no viene el silencio. No digo nada, el ruido me cerca. Cierro los ojos, sigue el tumulto. Me concentro, el horizonte se cierra. Guardo silencio, el silencio me guarda. Irse, es lo mejor.
Los rostros del mundo (261) Navegar
NAVEGAR Hacer un poema es como navegar en un barco velero. Para navegar hay recursos, no recetas. La improvisación de lo imprevisible lo hace verdaderamente emocionante. y, aunque los dos tienen el riesgo de naufragar, confiar en el viento, lo más cercano a la libertad, el tacto de la madera del lenguaje, desnudez y soledad y valentía. El poema debe fluir y, como un barco, saber llegar a buen puerto. Imagino todos los recursos de atención y conocimiento, necesarios para navegar, resolver todas las variantes del viento y el rapto, y en caso de inminente fracaso, saber tirar por la borda el peso de lo bello prescindible.
Los rostros del mundo (260) Kafka
KAFKA El otro día conocí a Kafka. Había oído hablar de él. Sabía de su existencia, de sus penosas excursiones por los laberintos de la burocracia, de su pesadumbre por la falta de lógica, de su angustia por la ausencia de compasión, por la insistencia desesperante de las acusaciones arbitrarias, de los juicios sin ninguna garantía legal, de su aplastamiento por la maquinaria represora del estado o las grandes corporaciones sin corazón, acusado siempre de actividades sospechosas, perseguido con insania por insidiosos empleados azuzados como lobos. Kafka, el solitario ante el desolado paisaje de la vida moderna, la era de la tecnología al servicio de la confusión y la desatención. Sí, lo conocí personalmente. Sentí que éramos colegas, más, hermanos de infortunio. Ahí estaba esa empresa de telefonía aprisionándome, asfixiándome con unas demandas falsas, tramposas, aprovechadas, ruines, inventadas por ellos, acusándome de incumplir una “permanencia” -eufemismo de lo que antiguamente se conocía con el nombre de esclavitud- acusándome y acosándome como si yo fuera un delincuente que los dejó en la ruina. ¿Y ese ministerio que está en manos de un comunista, que hace recomendaciones de no comer carne roja cuando nosotros somos la carne roja de las corporaciones que nos quieren comer el alma y otras vísceras? ¿Dónde está? ¿No se abolió la esclavitud? ¿Dónde está?
Los rostros del mundo (259) Qué difícil
QUÉ DIFÍCIL Qué difícil lo simple, qué falso el simplismo de marcar el paso, de mirar de frente, de poner un gesto, de hablar con simplezas de las cosas turbias de las graves cosas de las cosas complejas como catedrales. Qué difícil ser simplemente sencillo, elemental como una oda a los ajos o la cebolla o la bicicleta de Neruda que amaba lo sencillo sin ser el ramplón del griterío ni cretino de pedestal ni salva patrias a caballo ni cerril a lo evidente ni acusador ni acosador del mal propio achacado a los demás. Qué difícil es ser claro y limpio como el arroyo recién nacido cuando se llevan siglos creyendo que la tierra es tuya que tuya es la hacienda y el destino de los otros, que es tuya la idea y la metopa y el privilegio que has ganado a costa de los otros que son esclavos y aún te jalean como a un príncipe valiente
Los rostros del mundo (258) Negociación
NEGOCIACIÓN La verdad no se la cree nadie. Están todos tan adelantados, son tan inteligentes, tan listos que, pretendiendo ser perspicaces, acaban entregados a la suspicacia, y cuando dices la verdad, no se creen que la digas de verdad. Piensan que empiezas mintiendo, que escondes información con ánimo de ganar la partida, que eres un estratega que pretende enredarlos y llevarlos a tu terreno, a tu aprovechamiento, a tu beneficio. Cuando tú dices, seamos claros, seamos limpios, digamos la verdad, vayamos al grano, entienden que el grano es el camino de una trampa, una trampa para perdedores, para incautos. Todo este enredo puede acabar en una negociación de negociaciones, en una tragicomedia sin solución. En fin. Allá ellos. Como Elías, yo me pido volar.