REQUIEM Deja que todo sea triste y tenebroso, frío y desolado, deja que la intemperie dibuje sus témpanos en el rostro húmedo del peregrino que busca en la noche gélida al Dios precursor de la costumbre ordenada. Deja que todo sea sufrimiento y muerte, que el páramo sombrío no nos alimente, que seamos espectros locos que transitan famélicos por un desierto de perfiles siniestros, de lunas pálidas, sin deseos, en busca de tu bondad y misericordia. Ríos secos, rostros disecados, congojas y lamentos, vientos sin suerte sean nuestra compañía, caminos sin sombras ni arengas reparadoras, sin raíces ni campanas, ni murmullo del agua, ni sonrisa, ni ancla, cordel que ata los papeles de la condena sean los pasos que acompasen nuestra alma hacia el lugar de la perdición sin espejo. Ya sin ella nada tiene sentido y solo el dolor compite por ser el elegido más cordial de este descenso de espino y luto.
Mes: agosto 2022
Los rostros del mundo (134) Interrogatorio
INTERROGATORIO - ¿Qué fue de P.? - Se encerró en la familia. - ¿Y de J.? - Huyó de sí mismo. - ¿Y de L.? - Se casó y se cansó y desapareció. - ¿Y de V.? - Devino en sospecha y resentimiento. - ¿Y de Z.? - Entró en la misantropía. - ¿Y de A.? - Ni idea. - ¿Y de R.? - No sé si sigue de follador o canta boleros. - ¿Y de G.? - Cambió de concepto. - ¿Y de U.? - Inspeccionando su estigma. - ¿Y de B.? - Se subió en una bicicleta y sigue con su Camino de Santiago infinito. - ¿Y de T.? - Resistiendo en el muro de la voluntad optimista. - ¿Y de D.? - Deambula. - ¿Y de C.? - Sigue sin encontrar el amor definitivo. - ¿Y de E.? - Vive la vida de los otros. - ¿Y de F.? - Febrilmente fatuo. - ¿Y de X.? - Es una incógnita de la que nadie sabe nada.
Los rostros del mundo (133) Los cantos
LOS CANTOS Cuando la muerte vino a buscarme yo ya estaba muerto. Respiraba como una anguila fuera del agua, una agonía de interminable arena, una garganta que sabe su límite de dolor y calma. Acataba una misión sagrada con la devoción rota del aire, asumiendo mis falsas monedas, los confines que cercan los pasos, los recodos del alma secreta. Me salvaron del miedo los cantos, las fértiles voces que despiertan en la noche tambores rasgados.
Los rostros del mundo (132) Oración XXV
ORACIÓN XXV Tu sabes de mis Oraciones, Señor, un poco profanas y un tanto descreídas, pero nunca alejadas de mis mejores intenciones, de mi instintiva inclinación espiritual. Nunca te pediría no hacerme responsable de mis actos, ni que excusaras mis defectos, ni que perdonaras mis culpas. Creo en mi redención personal y eso siempre pasa por asumir la responsabilidad y el sufrimiento que conlleva o puede conllevar, -ya sabes que el sufrimiento por el sufrimiento es una tontada- Así que Señor, hoy solo quiero que seas por siempre alabado, por la gracia de mi salud mental que pasa por las Oraciones. Ya sabes que pretendo ser poeta y sin Oraciones, no hay poema posible.
Los rostros del mundo (131) Caracteres VI
CARACTERES IV Se encumbra Se himalaya Le fatigan las vidas ajenas Es pulcro y distanciado, Utiliza la inteligencia como un arma, Se sublima Se acoraza Se cree alguien digno de pasar a la historia, a una historia. Se siente superior y se indigna si los otros no lo ven. No sabe que sentirse superior es una forma de no serlo.
Los rostros del mundo (130) Soneto de los idiotas
SONETO DE LOS IDIOTAS Cuando el idiota manda estas jodido. Cuando el cretino ordena más te vale saber cuándo el morlaco amaga o sale envistiendo e hiriendo sin sentido. Cuando el inepto inventa estas perdido. Si el soberano insiste en su ser, cale buscar salida antes de que te hale el alma o te perturbe el impedido. Abundan estos pájaros de falso prestigio, directores de museos, próceres que desvían tu camino. Mandones que presumen de cadalso donde ensalzan sus pútridos babeos y niegan el valor del más genuino.
Los rostros del mundo (129) El espíritu hueco
EL ESPÍRITU HUECO - ¿Qué es el espíritu hueco? - Me imagino un vacío. Un vacío de pereza y suciedad dentro de una tinaja gigante, donde viven hombres dejados, inactivos, dementes. A cierta hora entra un poco de luz cenital, pero el resto del tiempo, la gente se tumba en la penumbra esperando que alguien les tire un alimento desde arriba. Nadie sale a buscarlo. Viven de la caridad. El ruido resuena, el tiempo no muda, la gente envejece, nadie protesta, el amor no existe. Un pájaro de mal agüero sobrevuela por la cúpula y no se oye otra voz que la de la queja. - Parece un cementerio de hombres vivientes, una leprosería, un círculo del infierno dantesco. - Puede ser. El hombre hueco vive en un tiempo vacío.
Los rostros del mundo (128) Voceros
VOCEROS Sócrates los combatió pero no acabó con ellos. Filósofos de palabrería fácil, de gacetilla inquieta, falsarios, aduladores y parleros vendidos al mejor postor. Siguen entre nosotros: Sofistas degradados ahora a simples voceros del poder del dinero, que no dudan en mentir para servir a sus amos por un puñado de dólares, por las migajas del banquete. Inventores de argumentos para el acoso y derribo del contrario. Periodistas de frontera que no dudan en trajinar inmundicias. Cronistas de la falsa verdad que blanquean el rostro del corrupto. Voceros: un oficio de reptiles para insectos de tiniebla.
Los rostros del mundo (127) Breve historia de nuestros dioses.
BREVE HISTORIA DE NUESTROS DIOSES Primero fueron los muchos dioses de las dinastías olímpicas que acabaron expoliados para construir los nuevos templos del dios único y terrible que nos expulsó del paraíso y dejó que Caín fuera sembrando la violencia por el mundo… después vino su hijo el dios del amor que nos aconsejó poner la otra mejilla que duró, superada la Edad Media, hasta un poco más allá del Renacimiento… La Ilustración lo cambió por el dios del progreso, que a su vez fue sustituido por el dios de la guerra, que a su vez fue sustituido por el dios del futuro, que a su vez fue sustituido por el dios de la tecnología, que a su vez fue sustituido por el dios del consumismo… consumidos los dioses ya solo nos queda consumirnos a nosotros mismos.
Los rostros del mundo (126) Caracteres IV
CARACTERES IV Vive en el pánico, de ahí sus grandes carcajadas y sus accesos de violencia. No soporta a los demás porque no se soporta a sí mismo. Fuerza a su alma a ser lo que no es. Esta frustración acaba por generar ira y desesperación. Necesita de la autoficción para conducirse, necesita a los otros para destruirse. Sin testigos todo es nada.