Los rostros del mundo (114) Resistencia

RESISTENCIA

Cassius Clay,
Mohammed Alí,
se declaró objetor de conciencia
y se negó a ir a la guerra de Vietnam.
No tenía nada en contra de los vietnamitas,
pueblo maltratado y explotado
como sus hermanos afroamericanos.

Antes de firmar cualquier contrato
-económico, emocional, matrimonial, laboral…
deberíamos ser tan claros, 
      valientes y contundentes,
como lo fue Alí cuando vino a decir:
no voy a defender los intereses 
      de los que me maltratan.

Desgraciadamente, muchos están atrapados
y trabajan a favor de quienes los explotan.

Los rostros del mundo (113) Plomo

PLOMO

Los soldados agónicos,
atrapados en las trincheras,
llenas de barro, ratas 
      y cadáveres putrefactos. 

Los generales, bien alimentados,
en sus mansiones de retaguardia
jugaban a soldaditos al asalto
con sus miniaturas de plomo.

El plomo de los soldaditos
era el mismo que mataba
a los soldados de verdad.

Los rostros del mundo (110) Hiro Onoda

HIRO ONODA

Por disciplina a la orden recibida,
por el honor de la palabra dada,
el teniente Onoda pasó 30 años
sobreviviendo en la selva filipina
antes de deponer las armas
por orden de su superior, un anciano de 88 años,
llevado a propósito
hasta la isla remota.

A finales de 1945
Onoda recibió la orden 
      de no rendirse, de no suicidarse
y de hacer una guerra de sabotaje.
Mantuvo viva la idea del enemigo
30 años después de declararse 
la rendición de Japón.
No estuvo solo. Durante muchos años
le acompañaron dos soldados
disciplinados a sus órdenes.

La historia tiene un aura de dignidad
que impide ver un fondo monstruoso.

Podemos imaginar la cerrada espesura
de la selva, su recogimiento amniótico,
su mimetismo de hombre invisible, 
su tiempo cíclico de lluvias y mansedumbres,
sus incursiones para buscar alimento y matar
al primer despistado que no sabía
que era enemigo de un soldado japonés
que no sabe ni quiere saber
que la guerra se ha acabado.
Mató a 30 personas.

Todo el mundo piensa 
que sólo un japonés
es capaz de mantenerse en esa disciplina
absurda y esclavista.
Un italiano, un español, un francés…
no podríamos encontrar ningún occidental
que hubiera durado más de 5 años.
Esa competición de disciplina monstruosa
la gana un japonés.

Aún hubo otro soldado
Teruo Nakamura
que se rindió 7 meses más tarde.
Una maratón de resistencia que ganó
Onoda, que llegó 7 meses antes
al asombro del mundo y sus noticieros.

Los rostros del mundo (109) El vendedor de pájaros

EL VENDEDOR DE PÁJAROS

Vendo pájaros.
El vuelo de los pájaros 
      es una potente
metáfora de la libertad.

Para venderlos,
debo capturarlos.

Los pájaros enjaulados
      son una potente
metáfora de la esclavitud.

Así que ahora soy
      una potente metáfora
de la contradicción.

Pero sé que un día
      desharé este nudo moral.

El día que venda todos los pájaros
      y me haga rico.

Los rostros del mundo (108) Soneto del misántropo

SONETO DEL MISÁNTROPO 

Qué quimeras me llevan, qué deseos, 
qué impulsos me remueven, qué contratos,
qué ansias, qué motivos, qué sustratos
del ser que me circunda de siseos.

Oigo sus procelosos ajetreos      
dictando sus razones de arrebatos,
entrando con desdén en mis zapatos,
llevándome al final de sus rodeos.

La gente para mí ya es muchedumbre
ociosa de avidez y de costumbre
que puebla los mercados de la nada.

Me cansan sus asuntos demenciales 
miserables que alumbran sus fanales
con voces de consigna masticada.

Los rostros del mundo (107) Soneto de los enredos

SONETO DE LOS ENREDOS

Me cansa tu vileza de estratega
trajinando monedas devaluadas
rico de paranoias elevadas
al rango de consignas de refriega.

Me aburren tus barruntos de borrega,
sermones, moralinas fatigadas
de aberrantes razones inventadas
que quieren y no pueden dar la pega.

Cuando hallaste el placer de la maldad,
te atrincheraste pérfido en la coda
de los enredos en los que te ahogas,

por no saber vivir en la verdad
por meter las argucias en tu boda,
por tener menos seso que las sogas.

Los rostros del mundo (106) Soneto de un sueño de verano

SONETO DE UN SUEÑO DE VERANO 

La historia con Pasión se ha terminado.
Susana tiene un rostro fascinante.
Su belleza señala en un instante
el círculo de un fuego enamorado.

La rodilla de Clara te ha robado
la atención y trastorna tu talante
de viejo soñador, de fiel amante
que germina tu herida en su costado. 

Deseos de ficciones inconclusas,
laberintos y juegos y visiones,
el amor inventando a sus amantes.

Desciframientos lúcidos que antes
fueron delirios, imaginaciones                         
de un verano viviendo con las musas.

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